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Almudena Díaz, del “frente vecinal anti Carmena” a asesora de Vox en el Ayuntamiento de Madrid

Almudena Díaz (derecha), junto a Martínez-Almeida y otros concejales y vocales vecinos, en julio de 2018

Diego Casado

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“La alcaldesa nos unió, no me habéis dejado sola jamás en ninguna de las reivindicaciones que he tenido” decía en julio de 2018 una emocionada Almudena Díaz durante la entrega de los premios Chamberí Se Defiende, su asociación. “Sabéis que llevamos un año, que no vamos a parar... Galileo es la punta de una ideología totalitaria que nos quieren imponer en este Ayuntamiento”, advertía.

Entre los que le escuchaban entonces se encontraban el ahora alcalde Martínez-Almeida, la actual delegada de Transparencia, Silvia Saavedra y a varios concejales y vocales vecinos de PP y Ciudadanos. Todos habían acudido a la sala Galileo Galilei -lugar de celebración del acto- para apoyar a una de las asociaciones más combativas contra el gobierno de Manuela Carmena, nacida para protestar contra el proyecto Despacio Galileo, con el que el Ayuntamiento intentaba reducir la intensidad de tráfico de Chamberí. Almudena Díaz era su portavoz.

Dos años después de pronunciar su discurso en la sala Galileo Galileo, Almudena comparte hoy pasillos en dependencias municipales con los que la aplaudieron entonces. Su carrera de activismo vecinal se transformó el pasado mes de junio en un puesto como asesora municipal: está a las órdenes de Vox, con un sueldo público anual de 46.421,06 euros, según el rango que le atribuye su página de transparencia, en la que no se incluye ninguna información más. Vox fue también el partido al que se alistó para las elecciones municipales de 2019, como número 12 en su lista al Ayuntamiento.

En el mismo listado electoral le acompañaba Olga Valle, con la que Almudena fundó la asociación Madrid Lo Vale en diciembre de 2015, unos meses después de que Carmena llegara a la alcaldía de Madrid. Entonces el grupo se llamaba Madrid en condiciones y tenía 50 vecinos. Al principio sus acciones -la mayoría de protesta por la recogida de basuras- se centraron en la zona de Chamartín. Pero en verano de 2017 desembarcaron en Chamberí para protestar contra Despacio Galileo.

Apoyados por Begoña Villacís y Martínez-Almeida, que acudían a sus convocatorias, los miembros de Chamberí Se Defiende comenzaron a llenar de gritos, consignas y pancartas los plenos de la Junta de Distrito. Almudena marcaba los lemas, repartía los carteles entre los vecinos y contactaba con medios de comunicación para asegurarse de la difusión de sus protestas. Todos los concejales sabían quién era.

“Fue una forma de hacer política que tuvo que ver con la confrontación total, propia de la ultraderecha” recordaba al final de su mandato Jorge García Castaño, concejal de Más Madrid y edil responsable de Chamberí cuando se planteó el conflicto. “No dudo que entre los vecinos que protestaban se encontraba gente e todo tipo, pero que había una politización muy fuerte también estaba claro”, recuerda. Julio López, presidente de la asociación vecinal El Organillo, también apuntaba a que “había gran interés partidista, con personas vinculadas a PP y Ciudadanos, que decidieron hacer saltar la asamblea por los aires y aprovechar los contactos creados para hacer carrera política”.

La imagen de Almudena Díaz salió reforzada después de conseguir la reversión parcial de la peatonalización de la calle. Poco después de celebrar su victoria en la citada Sala Galileo era retratada junto a otros portavoces de asociaciones a la contra del anterior equipo de Gobierno. El reportaje, publicado en el diario La Razón, se titulaba El frente vecinal anti Carmena y daba voz a los vecinos más críticos, entre ellos la representante del grupo chamberilero: “Nos llaman fascistas porque no opinamos como ellos, sólo venimos a que se nos escuche, a participar como siempre han dicho desde Ahora Madrid”, decía Almudena.

Con la llegada de Almeida a la alcaldía gracias al pacto con Ciudadanos y Vox, en junio de 2019, la asociación Chamberí Se Defiende se diluyó: no hubo más protestas ni manifestaciones y el silencio se apoderó incluso de su altavoz de Twitter, la red social en la que antes lanzaban cientos de publicaciones criticando al Ayuntamiento. El último tuit que escribieron, para celebrar una sentencia en contra de Madrid Central, data de julio de 2020.

Mientras desaparecía la influencia de la asociación, Almudena Díaz asistía a Vox en el Ayuntamiento y en los plenos de distrito, donde incluso compadreaba con los agentes de policía. También volvió al lugar que vio nacer su activismo vecinal: fue la que abrió camino al concejal Ortega Smith en su primera visita al pleno de Chamberí, entre cánticos de “fuera fascistas de las instituciones”. Ese día tuvo que soportar los gritos de protesta que sufrían los representantes de su partido, en el mismo punto donde ella misma los pronunció, contra los concejales de Ahora Madrid, dos años antes.

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