Así vivieron Chueca y Salesas el primer día del juicio del “procés”
Un fuerte dispositivo policial ha recibido este martes a periodistas, curiosos, vecinos y trabajadores que se han desplazado por los alrededores del Tribunal Supremo. Absolutamente todo el mundo que se movía por las calles aledañas a la Plaza de la Villa de París tenía que identificarse y el paso por Marqués de la Ensenada y General Castaños solo estaba permitido a residentes, trabajadores, medios de comunicación acreditados y personas con autorización.
Unos controles reforzados horas antes del comienzo del juicio, cuando se proyectaba sobre la fachada del Tribunal Supremo un vídeo con imágenes de las cargas policiales que tuvieron lugar el 1 de octubre en Cataluña. Una acción que no ha sido reivindicada por ningún grupo y que, bajo el eslogan “Spanish Democracy” (en español “democracia española”), era difundida horas después en redes por diferentes plataformas independentistas.
Largas colas de personas interesadas en acceder a la sala del Tribunal Supremo y una legión de periodistas y medios de comunicación tanto españoles como internacionales han invadido el barrio desde primera hora de la mañana para seguir la primera sesión del juicio del “procés”.
Una sesión que ha transcurrido con bastante normalidad, salvo algunos momentos de fricción entre el bando independentista y miembros de grupos de extrema derecha como Hogar Social Madrid (HSM). Uno de los momentos más tensos lo protagonizaban miembros de HSM, con su líder Melisa Domínguez Ruiz a la cabeza, que se saltaban el perímetro de seguridad y accedían a la Plaza de la Villa de París para desplegar una pancarta en la que podía leerse el mensaje “Ilegalización para quien destruye España”.
En un lugar muy próximo, en el Paseo de Recoletos esquina con Bárbara de Braganza, tenía lugar una concentración independentista convocada por la Asamblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural, ERC, JxCAT y la CUP y que contaba con la protección de varios furgones de antidisturbios, que han tenido que intervenir varias veces por la presencia de personas que les han increpado con diferentes mensajes.
Horas antes, en torno a las 9 horas, acudían hasta allí Quim Torra Roger Torrent, Gabriel Rufián o Joan Tardá para desplegar una pancarta en la que se leía “Decidir no es delito” y pedir ante los numerosos medios de comunicación que allí se encontraban “Libertad para los presos políticos”.
Otra situación tensa se ha producido en la esquina entre las calles Marqués de la Ensenada y Génova, donde una decena de personas se han concentrado portando banderas de España, de la Falange y de HSM y una pancarta con el mensaje “El nacionalisme es supremacisme”, así como otros mensajes en los que atacaban a la “casta golpista”.
Para evitar confrontaciones con la concentración del Paseo de Recoletos, que estaba a unos cien metros, la Policía Nacional les ha desplazado hacia la otra acera de la calle Génova, momento que han aprovechado para dejar carteles y pancartas en el moviliario urbano cercano.
Los únicos que han podido acceder sin problemas a la Plaza de la Villa de París con sus pancartas y reivindicaciones han sido los funcionarios de prisiones, a los que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid daba la razón y levantaba la prohibición de la Delegación del Gobierno que declaraba el 8 de febrero la zona de especial seguridad e impedía las manifestaciones.
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