La soledad: principal preocupación y acompañante de los mayores LGTBI

Un estudio elaborado por la Federación Española de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) revela que más de la mitad de las personas LGTBI mayores de 65 años vive sola y que su principal preocupación de cara a la vejez es la soledad.

El análisis, elaborado con motivo del Día Internacional de las personas mayores y dentro del año temático «Mayores Sin Armarios: ¡Historia, Lucha y Memoria!», muestra las grandes diferencias existentes entre los mayores gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales y los heterosexuales.

Mientras solo el 24% de la población española con más de 65 años vive sola, el 52% de los mayores LGTBI no comparte con nadie su domicilio y el 57% de las personas LGTBI nacidas antes de 1965 manifiesta que su principal preocupación a la hora de hacerse mayores es tener que afrontarla sin compañía.

No es el único llamativo resultado de esta investigación, en la que han participado 244 mayores LGTBI de todos los rincones de España. Hay otras parcelas sociales y demográficas en las que la brecha entre personas de más de 65 heterosexuales y LGTBI es también llamativa.

Por ejemplo, se aprecian grandes diferencias en el estado civil de los gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales. Si entre la población general de más de 65 años el porcentaje de solteras/os se sitúa en el 6,5%, en el caso de las personas LGTBI de esa misma franja de edad la cifra de soltería sube hasta el 37%.

Asimismo, el estudio también muestra el escaso uso que los mayores LGTBI realizan de los recursos sociales: solo un 4% de las personas entrevistadas son usuarios de ellos y el 44% afirma que no los utiliza porque no se adaptan a sus necesidades.

Otro factor muy a tener en cuenta es la tendencia a vivir dentro del armario de cara la sociedad. Apenas el 55% visibiliza ante los empleados de los servicios socio-sanitarios su condición de persona LGTBI por temor al rechazo y la vergüenza, entre otros motivos.

Loren González, coordinador del año temático «Mayores Sin Armarios: ¡Historia, Lucha y Memoria!», considera fundamental que todos los servicios sociales y médicos destinados a los mayores incorporen también la perspectiva LGTBI y se conviertan en espacios libres de discriminación donde «no teman visibilizarse» y puedan ver cubiertas todas sus necesidades.

En este sentido, González destaca que las residencias, tanto públicas como privadas, deben respetar «la orientación sexual y/o la identidad o expresión de género de las personas LGTBI que lleguen», tanto si lo hacen solas como en pareja, para que no se vean forzadas a regresar al armario.