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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Fuego cruzado y daños colaterales

La guerra que se avecina por la gestión de la televisión autonómica murciana (7TV) ya se ha podido cobrar sus primeras víctimas. Uno de los programas diarios de mayor audiencia, ‘Murcia Conecta’, un magacín de actualidad en el que tienen cabida entrevistas y reportajes sobre cultura, fiestas, sucesos o gastronomía en variada temática, es la punta de lanza del conflicto que se barrunta entre su actual productora, Televisión Murciana (TVM) -aspirante, aliada con GTM, a gestionar la cadena- y Secuoya, grupo que obtuvo la última concesión de 7TV en 2015 y que aspira a renovar su explotación.

‘Murcia Conecta’ bebió en la fórmula de programas como ‘Madrid Directo’, emitido desde 1993 con notable éxito de audiencia por la televisión autonómica madrileña, exportada a otras cadenas, como la andaluza Canal Sur e incluso a La 1 de TVE. Por poner un ejemplo, ‘Madrid Directo’ obtuvo cuotas superiores al 40% de ‘share’ con motivo de los atentados del 11-M, contando en su haber con más de 60 premios que reconocen su ingente labor.

Cierto que el programa emitido por 7TV es mucho menos ambicioso, en función de su presupuesto y medios técnicos con los que se maneja, si bien sus profesionales han intentado suplir esas limitaciones con un esfuerzo denodado y una dignidad encomiable. Es el caso de combinar directos con ‘falsos directos’, apenas perceptibles para los telespectadores, intentando imprimir la máxima agilidad a un formato que empezó ocupando una hora en la parrilla, de lunes a viernes, y acabó por extenderse a casi 150 minutos. Ahí queda eso.

Los responsables de Secuoya aseguran que la suspensión de ‘Murcia Conecta’ desde el 1 de abril será temporal, ya que, tras las retransmisiones de Semana Santa y Fiestas de Primavera de Murcia, el programa volverá a la emisión. Lo que está por ver es con quiénes del actual equipo y con cuántos profesionales, que en realidad son algunos menos de los cuarenta de los que se ha venido hablando estos días. Y lo que está claro es que ya no se emitirá desde las instalaciones de TVM y sí desde otro emplazamiento arrendado, al carecer 7TV de estudios propios, y con la colaboración, además, de media docena de productoras de la Región.

Este jueves, tras publicarse en el diario ‘La Opinión’ la alarmante noticia de la ruptura entre Secuoya y TVM, la Asociación de Profesionales de Radio y Televisión fue la primera en emitir un comunicado, manifestando su voluntad de mediar en el asunto. De hecho, esa misma tarde, varios de sus directivos se entrevistaron con responsables de la televisión autonómica en la sede de la cadena, arrancando algún compromiso. El Colegio de Periodistas, por su parte, en boca de su decano, expresó en declaraciones a este medio, ‘eldiario.es’, que el director de 7TV le había asegurado que iban “a seguir haciendo programación por la tarde y que van a contratar un número equivalente de profesionales”, si bien reconoció que “una cosa es lo que él diga y otra los planes que tengan”.

Desde la empresa pública Radio Televisión de la Región de Murcia (RTRM), teórico organismo superior de la cadena, tampoco se entiende la supresión del programa por su rentabilidad en cuanto a audiencia, algo que en un comunicado se calificaba de “incomprensible”. Tras las elecciones autonómicas de 2015, a instancias de la oposición, se reformó la ley correspondiente, si bien no se consiguió dotar de suficientes competencias sobre 7TV al director general, refrendado por los cuatro grupos parlamentarios y no como hasta entonces designado directamente por el ejecutivo, por lo que la gestión y control del canal siguió siendo en exclusiva del gobierno regional y de la concesionaria. En mayo de 2018, el propio director general, que preside el Consejo de Administración, reconoció algo insólito durante una comparecencia en la Asamblea Regional: que RTRM carecía de medios “humanos y materiales” para controlar lo que se emite.

Lo que es evidente es que los auténticos paganos por los efectos colaterales de este fuego cruzado van a ser, de nuevo, unos trabajadores que, a lo largo de cuatro años, han sacado adelante un producto más que digno con una exigua infraestructura, pero con el gratificante respaldo de la audiencia.

Los ejecutivos de los grupos empresariales que próximamente pujarán por la gestión de 7TV -es obvio que todo ello ‘tamizado’ por los resultados de las elecciones del 26 de mayo- son muy conscientes de la precariedad en la que permanece sumida la profesión, de las más lacerantes en nuestro país. Y que si alguien salta de sus contrataciones por imposición o voluntad propia, siempre habrá decenas de eventuales en paro, esperando a las puertas para tomar el relevo y tener su oportunidad. Es como lo de las lentejas, o las tomas o las dejas, gran paradoja de un oficio en el que se suele exigir ejemplaridad para casi todo, menos para sí mismo, y que no vive sus mejores días de vino y rosas; aquel del que el gran Gabo dijera una vez que era el más hermoso del mundo, sí, aunque, a veces, se sufriera como un perro.

La guerra que se avecina por la gestión de la televisión autonómica murciana (7TV) ya se ha podido cobrar sus primeras víctimas. Uno de los programas diarios de mayor audiencia, ‘Murcia Conecta’, un magacín de actualidad en el que tienen cabida entrevistas y reportajes sobre cultura, fiestas, sucesos o gastronomía en variada temática, es la punta de lanza del conflicto que se barrunta entre su actual productora, Televisión Murciana (TVM) -aspirante, aliada con GTM, a gestionar la cadena- y Secuoya, grupo que obtuvo la última concesión de 7TV en 2015 y que aspira a renovar su explotación.

‘Murcia Conecta’ bebió en la fórmula de programas como ‘Madrid Directo’, emitido desde 1993 con notable éxito de audiencia por la televisión autonómica madrileña, exportada a otras cadenas, como la andaluza Canal Sur e incluso a La 1 de TVE. Por poner un ejemplo, ‘Madrid Directo’ obtuvo cuotas superiores al 40% de ‘share’ con motivo de los atentados del 11-M, contando en su haber con más de 60 premios que reconocen su ingente labor.