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El nuevo calendario de apertura en festivos, un “peligro” para el pequeño comercio

La avenida Carlos III de Pamplona, principal zona comercial de la ciudad.

Garikoitz Montañés

Los comercios navarros tendrán el próximo año, si se mantiene la propuesta anunciada por el Consejo de Comercio (y todo parece indicar que será así, a través de una orden foral), más posibilidades de abrir en domingos y festivos. En concreto, 8 más un festivo local. Para la Federación de Comercios de Navarra, esta ha sido la “solución menos mala” de todas las posibles, teniendo en cuenta que desde el Gobierno central la tendencia es a liberalizar el horario. Pero los sindicatos lo ven de otra forma: centrales como UGT, CCOO y ELA consideran que medidas como estas benefician a las grandes empresas, que pueden permitirse una apertura durante más horas, contribuyen a la precarización del trabajo, ponen en “peligro” al pequeño comercio y promueven un cambio de hábitos entre los consumidores. Que, al final, se pueda gastar a cualquier hora.

El Consejo de Comercio hizo pública su propuesta este pasado lunes, que es la siguiente: se podrá abrir el 4 de enero, 19 de marzo, 2 de abril, 25 de julio, 15 de agosto, 12 de octubre, 3 de diciembre y 20 de diciembre, más un festivo local, siempre que se celebre en los meses de febrero, mayo, junio, septiembre o noviembre y siempre que no sea en domingo. Esta medida afecta, en todo caso, a negocios con una superficie de más de 300 metros cuadrados o que pertenezcan a una cadena.

La gerente de la Federación de Comercios de Navarra, Elisabet Azcárate, considera que este escenario es “el menos malo” de los posibles, puesto que desde el Gobierno central se apuesta por “imponer una liberalización progresiva”. Para Azcárate, al menos Navarra ha conseguido fijar algunos criterios propios, es decir, poner freno a esa liberalización y lograr un “equilibrio entre los grandes formatos y el comercio local”. Esta representante de la federación reconoce, no obstante, que al pequeño y mediano comercio “le sobran prácticamente todos los días de apertura marcados en este calendario”, pero defiende que también resulta “imposible” saltarse la normativa nacional.

Cabe recordar que precisamente esta normativa es la que generó una polémica con el Gobierno central, después de que el Ejecutivo navarro intentara limitar la norma estatal. Básicamente, lo que en España era un mínimo (diez jornadas), aquí se fijó como un máximo y que, además, en la práctica no se podía cumplir por las condiciones que se establecían. El Tribunal Constitucional admitió a trámite el recurso del Estado, lo que permitió aplicar la normativa estatal y que se abriera los comercios de forma libre. Después, en junio, se anunció que se levantaba la suspensión de la ley foral, y esta volvía a activarse y, por tanto, únicamente podía abrirse en siete días (más uno) en domingos y festivos y se fijaba una temporada de rebajas. Un lío que, en la práctica, confundió (según lamentaron entonces desde la federación) a unos clientes que no sabían si se abría o no, si había periodo de rebajas constantes o no.

Las críticas de los sindicatos

Ahora, este asunto ha vuelto a generar posiciones encontradas, esta vez tras las críticas de sindicatos como UGT, CCOO o ELA. Primero, como apunta el secretario general de la federación de servicios para la Movilidad y el Consumo de UGT, Gorka Martínez, porque en el Consejo de Comercio no hubo negociación con los representantes de los trabajadores, sino que simplemente salieron adelante las apuestas de los comerciantes y las grandes superficies. Y, segundo, por el trasfondo de la medida. Porque “es la historia de siempre, al final el pequeño comercio sufre, solo se beneficia a las grandes superficies, se precariza el trabajo, hay más jornadas parciales y no creo que haya una demanda real. Aquí estamos acostumbrados a que en domingo no se compra”. De hecho, a menudo el pequeño no abre, aunque legalmente pueda.

Sobre la mesa, en realidad se pasa únicamente de los siete días más uno de este año a ocho más uno, pero, para las centrales, es el reflejo de esa tendencia a la liberalización de horarios. Con todo, aún no se llega a las pretensiones de Madrid, pero sí parece, por lo que lamenta el secretario general de la Federación de Servicios de CCOO, Josu Ros, que el Gobierno Foral “se escuda en que no tiene competencias” para regular esta materia. Y Ros tampoco detecta “voluntad” por estudiar alternativas.

El responsable de la Federación de Servicios de ELA, Pablo Sánchez, cree que el Gobierno Foral intenta mantener el equilibrio entre la liberalización que piden los grandes y el descanso en domingos y festivos que exigen los pequeños, esos negocios locales que, por plantilla y negocio, no pueden competir con superficies mayores; pero ese equilibrio, al final, tendrá que romperse. Y en ELA, como en las otras centrales consultadas, temen que sea por las peores condiciones para las plantillas del comercio. Sobre todo si, al final, “trabajar un domingo se convierte en lo mismo que trabajar un martes”.

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