Mayo

Aprieta mayo, la mentira y la desfachatez. La desvergüenza y la ira. En Génova se alquilan esperanzas para una legislatura, tal vez la mas importante de los últimos veinte años. Lo saben. Aprieta la desfachatez la desvergüenza la ira y la mentira. Se endurece mayo, se tensa y amenaza temporal, mar gruesa, en la que los cobardes suelen “ponerse al pairo”, “pairear”, “fachear” o detener la embarcación.

La tarde y el teclado se tiñen de gris plomizo. Huele a cerrado y fascismo. Los titulares no dejan lugar a dudas. Si había algo que ganar, se perdió. Mueren las esperanzas en la UVI de críticos, traqueotomizadas con cánulas azules y verdes, transparentes, asépticas, con la única compañía de un “vip” “vip” monótono. La muerte no llama, espera a que la ira y la desvergüenza realicen su trabajo. Todo es cuestión de tiempo, de mentir, y de alquilar falsas esperanzas a la ciudadanía.

Génova se tensa y contrae el poco musculo político que le queda.

El Capitán Trueno da sus instrucciones en los medios: “el que pueda hacer algo, que lo haga”. La derecha muestra su rabia. No cesara. Las instrucciones son claras y precisas, acabar lo antes posible con una legislatura que se encuentra en ciernes. Dar duro, sin miramiento alguno.

La tarde y el teclado agonizan.

Las mentiras se deslizan a través del gotero, a la arteria principal de la democracia

Hay un botón de mi camisa que lucha denostadamente para no sucumbir a la ira y la desvergüenza. El pobre desgraciado ignora el deshilachado y las leyes de la gravedad. Sabe perfectamente lo que hay, pero se niega a alquilar esperanzas para un ojal tan maltrecho como él.

Aprieta mayo.

Aprieta mayo, la mentira y la desfachatez. La desvergüenza y la ira. En Génova se alquilan esperanzas para una legislatura, tal vez la mas importante de los últimos veinte años. Lo saben. Aprieta la desfachatez la desvergüenza la ira y la mentira. Se endurece mayo, se tensa y amenaza temporal, mar gruesa, en la que los cobardes suelen “ponerse al pairo”, “pairear”, “fachear” o detener la embarcación.

La tarde y el teclado se tiñen de gris plomizo. Huele a cerrado y fascismo. Los titulares no dejan lugar a dudas. Si había algo que ganar, se perdió. Mueren las esperanzas en la UVI de críticos, traqueotomizadas con cánulas azules y verdes, transparentes, asépticas, con la única compañía de un “vip” “vip” monótono. La muerte no llama, espera a que la ira y la desvergüenza realicen su trabajo. Todo es cuestión de tiempo, de mentir, y de alquilar falsas esperanzas a la ciudadanía.