Casado cede a las presiones: destituye a Álvarez de Toledo como número uno en el Congreso y hace portavoz nacional a Almeida

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Cayetana Álvarez de Toledo deja de ser portavoz del PP en el Congreso. El presidente nacional, Pablo Casado, la ha destituido y en su lugar colocará a la exalcaldesa de Logroño Cuca Gamarra después de la Junta Directiva Nacional convocada de urgencia para el próximo jueves. La reunión donde se pretende ejecutar el giro hacia la moderación que reclamaban algunos barones del partido se celebrará de forma telemática. En la reunión, ha informado el PP en una nota, Casado “va a proponer una remodelación del equipo directivo” de la formación.

Álvarez de Toledo no ha querido esperar a esa cita para responder. Tras hacerse público su cese, ha protagonizado una durísima declaración contra Casado ante la prensa. “Lamento profundamente la decisión”, ha dicho al inicio de su intervención la hasta ahora portavoz parlamentaria. “Considera que mi concepción de la libertad es incompatible con su autoridad. Es una visión de su autoridad que no comparto”, ha expresado Álvarez de Toledo a las puertas del Congreso de los Diputados, donde ha afirmado que no comparte la decisión y que la considera “perjudicial para el grupo parlamentario, para el PP y para una España fuerte, adulta, moderna y de ciudadanos libres e iguales”.

Álvarez de Toledo se ha extendido en sus reproches contra el presidente del PP sobre el que ha manifestado “discrepancias” por su destitución: “He dicho cosas heterodoxas pero jamás las he dicho en detrimento de la autoridad del señor Casado ni de los intereses del centro derecha español. Casado necesita personas con criterio propio. Lealtad y criterio propio son compatibles en mi opinión”, ha dicho la diputada del PP por Barcelona que ha lanzado un duro mensaje contra el vencedor de esta remodelación del partido, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que será el nuevo portavoz nacional del PP, puesto de nueva creación.

“Seguramente se interpretará mi salida como una apuesta por la moderación frente a la radicalidad, frente a estas etiquetas quiero remitirme a lo que decía ayer en la entrevista, me preguntaba qué categorías son esas: España es ese insólito país donde la centralidad la define el nacionalismo y la extrema izquierda, que de moderada tiene bien poco”, ha lamentado. “Curiosamente paso por ser la adalid de Vox cuando pocas personas han escrito palabras más duras. Personas que gobiernan gracias al apoyo de Vox pasan por moderados en esos mismos medios”, ha lanzado contra el alcalde de Madrid o el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno.

“Puede que hagan un Partido Popular más homogéneo, pero no por eso más grande”, ha continuado Álvarez de Toledo que deja en el aire su continuidad en el Congreso de los Diputados y en el partido pese a las duras críticas contra el presidente del PP.

Concepción Gamarra, actual vicesecretaria de Política Sectorial, será propuesta como portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso; Ana Pastor pasará ser vicesecretaria de Política Social; y José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, será el nuevo portavoz nacional del Partido Popular. El PP asegura en el comunicado enviado a la prensa que “Casado ha agradecido a Cayetana Álvarez de Toledo su labor durante estas dos legislaturas al frente del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, y le ha manifestado su deseo de que siga contribuyendo a este proyecto tan importante para el futuro de España”.

La designación de Álvarez de Toledo como portavoz fue polémica desde su formalización el 30 de julio de 2019, hace poco más de un año. Apuesta personal del presidente Pablo Casado, generó un fuerte rechazo interno y desde entonces las recurrentes salidas de tono han agravado las críticas de sus compañeros de filas. En este tiempo, la portavoz ha mantenido un discurso independiente, más radical que el de la dirección de su partido, que la ha apuntalado como un verso suelto dentro de la formación y ha irritado a la cúpula y a barones significados del partido como los presidentes autonómicos Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno Bonilla. Con el secretario general, Teodoro García-Egea su relación era inexistente.

En una entrevista con El País el pasado fin de semana, Álvarez de Toledo cargó contra la falta de libertad en los partidos. “Confundimos la discrepancia con la disidencia y la libertad con la indisciplina. Etiquetamos al que opina libremente con esa denominación despectiva de verso suelto. Y la libertad no es indisciplina. Es esencial para la conversación democrática adulta. También dentro de los partidos”, decía la política, que aseguraba, dos días antes de su destitución, que era consciente de las “tensiones internas”. “Yo estoy perfectamente acostumbrada a que haya una discusión sobre mí, que empezó incluso antes de que fuera nombrada, y no me afecta en lo más mínimo”, zanjaba tras afirmar que ella huía de las “facciones”.

Durante la epidemia y tanto en público como en privado, distintos dirigentes populares han exigido sin éxito a la portavoz que moderara sus mensajes. Era conocido, además, su enfrentamiento con el secretario general del partido, Teodoro García Egea. Su salida se interpreta a la interna como una victoria de este último y de los barones con peso que habrían presionado a Génova para indicar la puerta de salida a Álvarez de Toledo en busca de una imagen parlamentaria más centrada para el inicio del nuevo curso político y con una moción de censura de Vox con pocos visos de prosperar prevista para septiembre. Por ejemplo, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, le pidió expresamente en junio que emprendiera una “desescalada verbal”. Hasta hace pocos días, el PP ha lanzado balones fuera al ser preguntado por un posible relevo tras el goteo incesante de informaciones al respecto y ha defendido la labor de Álvarez de Toledo como portavoz.

En la nueva estructura interna, Casado reserva la portavocía nacional del partido al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que ha mejorado su imagen pública con la gestión de la epidemia por su tono más moderado, opuesto al que ha ejercido la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, otra de las apuestas de Casado. El cambio supone un vuelco en el organigrama orgánico y un ascenso meteórico del regidor, que era prácticamente un desconocido cuando fue designado por Casado como candidato a la alcaldía de Madrid en enero de 2019. “Es para mí todo un orgullo y un gran honor. Momentos especialmente trascendentales para España y todos los españoles en los que espero estar a la altura”, ha reaccionado Martínez-Almeida en su cuenta de Twitter.