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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El exjefe del CNI dimitió por las “maniobras partidistas” de Aznar con la información del 11M

El exjefe de los espías españoles presentó su dimisión siete días después del 11M por las “maniobras partidistas” con las que el Gobierno de José María Aznar trató la información del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre el atentado. Según ha relatado Jorge Dezcallar a El País, el Ejecutivo desclasificó informes de los servicios de inteligencia de forma “parcial y selectiva” para mantener la tesis que le interesaba sobre la autoría de la masacre.

El diplomático, que da estos detalles en su autobiografía Valió la pena (Península), no hizo efectiva su dimisión para no dar la impresión de que “abandonaba el barco” en un momento en que lo importante era capturar a los terroristas, pero sostiene que el tratamiento de la información que hizo el Gobierno buscaba “salvar la imagen personal de un presidente”.

Así, El País relata que cuando la SER reveló que el CNI había abandonado la pista de ETA y se estaba centrando sus investigaciones en el yihadismo Moncloa le llamó para que lo negara en televisión. Aunque se negó, el centro envió un comunicado en el que aseguraba que no había “abandonado absolutamente” ninguna teoría.

“El Gobierno trató el asunto como un problema de partido (...). Este tratamiento llevó al PP a pensar que si el atentado lo había cometido ETA podría revalidar su mayoría absoluta -narra Dezcallar-. Cuando se dio cuenta de que no era necesariamente así, intentó mantener la duda hasta el día 14”.

El diplomático asegura que el Gobierno mantuvo esa conducta a pesar de que él había dicho expresamente a Aznar: “El asunto huele a islamista que apesta”.

El exdirector de los espías también ha revelado que se enteraron por la televisión de que se habían producido las primeras detenciones tras los atentados. “Yo no estaba en el círculo íntimo del partido donde se tomaron esas decisiones”, expresa el diplomático.