Correa reconoce las tensiones con EE.UU. y asegura que mantendrá sus denuncias

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, reconoció hoy que hay “tensiones” y “desconfianza mutua” entre su país y Estados Unidos, pero aseguró que, a pesar de ello, seguirá firme en denunciar ciertas políticas de Washington.

El mandatario, en un encuentro con medios de comunicación extranjeros, mencionó las actividades de las agencias de espionaje estadounidense y el uso de drones en la lucha contra el terrorismo, porque han causado con cierta frecuencia la muerte de inocentes.

Correa también recordó la renuncia unilateral, en 2013, de Ecuador a unas preferencias arancelarias otorgadas por EE.UU.

La renuncia ocurrió después de que desde Estados Unidos se amenazara con cancelar dichas preferencias, que se otorgaban por la lucha contra el narcotráfico, si Quito concedía asilo al exanalista de la NSA Edward Snowden, cuando aún no había recibido refugio en Rusia y esperaba en un aeropuerto de Moscú, tras filtrar miles de archivos secretos.

Tras reiterar sus críticas a la participación que, según revelaciones periodísticas, tuvo la CIA en un ataque militar colombiano en territorio ecuatoriano en 2008 contra un campamento de las FARC, Correa arremetió contra lo que considera la “doble moral” de EE.UU. en política internacional.

El presidente dijo que es “casualidad” que se conozcan estas informaciones cuando están en curso conversaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, “y cuando la extrema derecha colombiana quiere seguir la guerra y probablemente Estados Unidos también quiere seguir con la guerra”, afirmó.

Estados Unidos se ha negado a informar a Ecuador sobre este asunto, señaló Correa, quien calificó de arrogante esta posición y dijo que se están tomando medidas al respecto, entre ellas la “postura firme” del país andino sobre los proyectos de cooperación estadounidense, cuya finalización se anunció recientemente.

“Ecuador no necesita caridad”, dijo el gobernante, quien recordó que EEUU aportaba unos 30 millones de dólares al año en proyectos de fortalecimiento de la democracia que en muchos casos iban a parar a “fundaciones opositoras al Gobierno”.

Estas medidas afectarán también a la dotación de militares de la embajada estadounidense en Quito, que cifró en unos 50. “No vamos a permitir tantos militares extranjeros en una embajada”, apostilló.

Correa, quien calificó de “torpe” la política de EEUU hacia lo que Washington, dijo, considera “gobiernos hostiles”, tildó de “terrible” el espionaje practicado por la NSA y criticó al Gobierno de Barack Obama, del que dijo que “todos los derechos de los que habla son para ellos, no para el resto”.

“Siempre vamos a denunciar la doble moral en política internacional, los atentados a los derechos humanos y si eso tensa las relaciones con Estados Unidos, qué pena; nosotros no claudicaremos en nuestros principios”, aseveró el presidente de Ecuador.