El fiscal italiano del caso Cóndor lamenta la falta de colaboración de Argentina

El fiscal del juicio por la muerte de una veintena de italianos en la Operación Cóndor lamentó hoy la ausencia de imputados argentinos en el proceso, lo que atribuyó a una “elección política” de las autoridades de Buenos Aires.

Giancarlo Capaldo dijo a Efe que las notificaciones enviadas a Argentina para que se transmitieran las acusaciones no llegaron finalmente a los interesados.

Uruguay, Brasil, Bolivia y Perú sí cumplieron con “la obligación” de transmitir esas notificaciones pero “Argentina se negó”, declaró el fiscal.

“Para hacer el proceso en Italia contra estas personas hemos pedido a Argentina que notificara los actos judiciales de acusación a los acusados que se encuentran en Argentina (...) Por el contrario, Argentina no les ha enviado el acta”, precisó Capaldo.

El juicio en primera instancia comenzará el próximo jueves en la capital italiana y en él estarán imputados 32 antiguos miembros de las Juntas Militares de Bolivia, Chile, Perú y Uruguay, si bien todos han manifestado su intención de no declarar, ni personalmente ni mediante videoconferencia.

En un principio la acusación de la Fiscalía romana iba dirigida a 146 personas, que han quedado reducidas a los actuales imputados después de que muchos fallecieran y de que la Justicia italiana no haya podido encausar a 59 ciudadanos argentinos.

El procurador explicó de esa manera en una entrevista con Efe el porqué de no haber podido imputar a estos antiguos miembros de la Junta Militar y de los Servicios Secretos argentinos.

Con esa notificación el país sudamericano debía avisar a los acusados de que la investigación en Italia había concluido e invitarles a nombrar un abogado y facilitar un domicilio para recibir la correspondencia derivada del proceso.

“Por el contrario no lo ha hecho. Supongo que será por una elección política de no querer colaborar con la Justicia italiana para esclarecer las responsabilidades de esta gente”, añadió el procurador italiano.

No obstante, aseguró que insistirá en el plano internacional “para hacer que Argentina mantenga las obligaciones internacionales de proceder con estas notificaciones”.

“Por el momento Argentina ha rechazado la extradición de todas estas personas. Estas personas estaban bajo una orden de arresto internacional. Argentina cuando arrestó a varios les ha liberado inmediatamente rechazando la extradición a Italia”, criticó.

Capaldo, que ha dirigido durante una década la investigación de este caso de presuntos crímenes de lesa humanidad, dijo que en este sentido Argentina ha sido el único país que no ha accedido a colaborar con la Fiscalía romana.

Por el contrario sí lo han hecho los países de procedencia del resto de acusados: Bolivia (1), Chile (11), Perú (4) y Uruguay (16).

El proceso para Italia es de una envergadura “histórica” porque, según añadió el fiscal, “tratar de reconstruir lo que verdaderamente ocurrió en el Cono Sur para ayudar a la humanidad a evitar que estos hechos se repitan”.

Para Capaldo, después de una década de investigación, supone “uno de los procesos más importantes” que ha desempeñado a lo largo de su dilatada carrera como procurador.

Dijo haberse sorprendido ante el testimonio de numerosos damnificados por la Operación Cóndor, cuya vida “ha permanecido marcada por todo lo ocurrido en Sudamérica”.

“Algunos todavía hoy están psicológicamente devastados por aquello que ocurrió. Buscan Justicia pero una Justicia serena, sin venganzas”, afirmó.

El fiscal resaltó que una de las lecciones adquiridas durante su investigación es “cómo el hombre soporta mejor la pérdida de un ser querido si tiene un cuerpo sobre el que llorar”

“Los desaparecidos son una plaga que los países sudamericanos no logran olvidar. Si sus cadáveres fueran hallados, probablemente no habría esta rabia y esta ansia por conocer la verdad, de saber qué ocurrió y por qué”, explicó.

El magistrado consideró que la ausencia de cadáveres hace que la herida aún permanezca abierta y que, por esa razón, “los países latinoamericanos no han comprendido completamente hasta ahora la importancia de llegar a la verdad”, algo que reconfortaría a decenas de miles de personas y “constituiría un acto de civismo”, concluyó.