¿Se puede? Se puede. Lo hacen en Alemania. Allí, como aquí, la extrema derecha también es la tercera fuerza política del Parlamento. Pero allí, a diferencia de aquí, hay consenso entre conservadores y socialdemócratas. Ni un paso atrás. El acuerdo es para condenarlos al ostracismo, nunca para abrazarlos, auparlos o darles más visibilidad que la que les otorga su representación parlamentaria. La derecha clásica es la más interesada en ello. Escribe Esther Palomera.