Cuando Olona da su conferencia en un hotel de lujo junto a Mario Conde: confit de pato y “queridísima Macarena”
Salmorejo cordobés encapotado con jamón y huevo de codorniz; confit de pato, patata a la crema y su cazadora; tarta San Marcos con helado de vainilla de Madagascar; café y mignadirses. Es el menú que han consumido este lunes el centenar largo de invitados a la conferencia que Macarena Olona ha dado en uno de los salones del hotel Alfonso XIII de la capital andaluza, y que ha sido organizada por el Rotary Club Sevilla Corporate.
La intención de la ex líder de extrema derecha era disertar sobre las decisiones tomadas por el Gobierno de la nación durante el estado de alarma con una conferencia bajo el título 'La defensa de los derechos y libertades a través del Tribunal Constitucional: La inconstitucionalidad de los estados de alarma'. La misma que ha llevado hace unos días a universidades como la de Granada pero con un recibimiento bien distinto.
Visto el ambiente en uno de los hoteles más lujosos de la capital andaluza, sus declaraciones, y cómo se acortan los tiempos de cara a las citas electorales de 2023, su presencia en el centenario hotel sevillano ha tenido más tintes políticos que juristas. Ha ayudado también el paseíllo que ha dado entre la puerta exterior del famoso establecimiento (donde se ha bajado de un Peugeot) y la entrada principal donde se ha dejado abordar por la prensa y los admiradores.
Ha sido una cita en la que ha tenido más valor informativo el corrillo con la prensa sin micros ni cámaras que las declaraciones a las puertas del acto. Por cierto que, aparte de los acreditados, Rotary ha facilitado el acceso al almuerzo a todos los medios que lo han solicitado.
Antes del almuerzo, Olona, cerveza en mano, a la que solo ha dado dos sorbos, se ha sincerado ante los medios que han reclamado un rato de charla sin presiones. Se ha mordido la lengua al hablar de cosas que, se nota, le duelen todavía de su etapa y despedida de Vox, y ha desvelado que, “un partido que aún no existe” le ha propuesta ser candidata en las elecciones valencianas del próximo mayo. Aunque ha puntualizado que, “como ha dicho mi querida amiga Meloni (líder de extrema derecha que acaba de vencer las elecciones en Italia), es hora de trabajar y gobernar unidos, por lo tanto ahora mismo sería una irresponsabilidad crear un partido político. Estaré disponible para cuando Vox no pueda enarbolar la bandera que ahora enarbola en exclusividad”.
En ese punto, no ha podido evitar aguantar las bromas en torno a que en Valencia, por su origen alicantino, no tendría problemas para empadronarse, al tiempo que se le ha hecho ver que en su muñeca no llevaba una pulsera con la bandera andaluza. “Falta la bandera de Salobreña”, han bromeado con ella.
Mario Conde: “A Macarena la conozco poquísimo”
Metidos ya en harina, Mario Conde ha ejercido de maestro de ceremonias de Olona. “No se puede construir una sociedad desde una falsa igualdad -entre clases-”, ha dicho el exbanquero condenado entre otras cosas por estafa y apropiación indebida, hablando de las distintas clases sociales de una ciudad cualquiera, para luego señalar que “a Macarena la conozco poquísimo, prácticamente nada, pero es una persona que brilla”. Sostienen el exbanquero que, cuando supo de su existencia, “pregunte quién es, porque no estoy en política”, y ha enfatizado varias veces que “no”, no formará parte de ningún partido político.
Ha dicho que ha tenido dos veces contacto con la ex candidata. Luego, Olona ha elevado a tres la cifra, al recordar que hablaron cuando él le dedicó un artículo “muy cariñoso” el pasado verano. Sí es cierto que ha pedido a Conde que no se justifique más en ese sentido: “Ya somos mayorcitos”. Sin embargo, los rumores no han dejado de correr por la sala sobre posibles contactos que puedan tener ahora o en el futuro.
Disculpas a Andalucía
Micro en mano, Olona sabía que había al menos dos mesas de invitados con periodistas trabajando, y ha comenzado pidiendo “disculpas a Andalucía”, porque “a pesar de haber sido por causas ajenas a mi voluntad, no he podido cumplir con la palabra dada”. “Solo puedo decir que todos los pasos que estoy dando los estoy dirigiendo a cumplir con mi compromiso con Andalucía, que era entregarme en cuerpo y alma”, además de que “salí abruptamente en unas circunstancias que ojalá nunca se hubiesen producido”.
Entre el público no había excesivas caras conocidas, pero sí algunas como la de Luis Oliver, el exdirectivo, entre otros, del Real Betis. No ha intervenido en el debate ni ha preguntado nada a Olona, pero sí ha sido presentado oficialmente a la exdiputada antes de comenzar el acto.
La cita estaba estructurada de forma que la conferenciante sacara adelante su discurso, descansara unos minutos para almorzar, y luego respondiera a las preguntas del público. Las preguntas (algunas) han evidenciado lo que se sospechaba: que exmilitantes de Vox y simpatizantes de la propia Olona se han hecho kilómetros (desde Badajoz, Cádiz o Madrid) para estar presentes en el almuerzo. Si a la alicantina le hacía falta una prueba de que entre los díscolos de Abascal puede encontrar apoyos, ya la tiene.
Un pacense llamado Juan Antonio Morales le ha pedido que encabece un proyecto “que nos saque de los nubarrones que vienen”, pero ella ha eludido contestar para no salirse del ambiente jurídico en el que había sido convocada. Una segunda pregunta se ha encabezado con un “Macarena, te queremos”, por parte del presidente de la Asociación de Juristas del turno de oficio en Sevilla. La abogada Elena Calonge ha encabezado su alocución con “queridísima Macarena”, y luego la han seguido una empresaria madrileña, Sandra Martín, una gaditana que se ha identificado como “excompañera de trincheras de Macarena”, o Pedro, “un ciudadano preocupado por España”, que le ha preguntado para cuándo un cambio de “régimen” en el país. Olona ha tirado de toda su experiencia política para dar un giro a la pregunta y no contestar.
Con todo, en apariencia no ha sido un acto político. Lo ha querido dejar claro Luis Romero, el abogado penalista y presidente del Rotary Club, que ha defendido que políticos de toda índole pasan y pasarán por actos como estos.
Olona ha estrechado manos, ha dado besos y ha departido con todo el que ha querido y podido. Al levantarse el acto, ella y Conde estaban cada uno en una punta del salón después de compartir mesa.
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