Yangang Xing nunca había oído hablar de los libros de afinación de órganos, pero su colega Andrew Knight solía tocar el órgano de tubos en iglesias cuando era adolescente.
Cuando ambos, investigadores de la Universidad Nottingham Trent, se propusieron estudiar cómo habían cambiado con el tiempo las condiciones ambientales en las iglesias, Knight explicó que en todo el país muchos órganos guardan cuadernos llenos de datos escondidos en sus recovecos.
“Me sentaba al órgano entre himnos o entre bodas”, relata Knight. “A menudo, lo único que había para mirar entre oficios era este pequeño libro rojo que estaba en un rincón”. Xing se dio cuenta de que los libros de afinación de órganos eran auténticos depósitos de datos que podían abarcar décadas. “Dijimos: Esto es una mina de oro”», recuerda.
Los afinadores de órganos dejan breves registros de sus visitas y a menudo anotan observaciones, incluida la temperatura y la humedad en el interior del edificio. Los materiales de los órganos son sensibles a los cambios climáticos, que pueden desafinar estos majestuosos instrumentos.
Hasta 2,7 ºC de aumento
A principios de este mes, Xing, Knight y su colega Bruno Bingley publicaron un artículo en la revista Buildings & Cities, con datos preliminares extraídos de 18 libros de afinación de órganos asociados a iglesias de Londres, Nottinghamshire y Derbyshire. Los registros se remontan a 1966 e indican un aumento de las temperaturas medias en el interior de las iglesias desde entonces, tanto en invierno como en verano.
Esto refleja que hoy las iglesias se calientan artificialmente en mayor medida que en el pasado, pero también que estos edificios antiguos se están calentando incluso en los meses de verano, cuando es más probable que los sistemas de calefacción estén apagados: una “pista” del calentamiento global, según Knight.
La temperatura media de verano en las iglesias urbanas de la muestra era de 17,2 ºC a finales de los años sesenta. En la década de 2020 había alcanzado los 19,8 ºC.
“Cuantifica lo que hemos observado”, dice Andrew Scott, director general de Harrison & Harrison, una empresa de Durham que construye y mantiene órganos de tubos. “Un aumento de la temperatura ambiente interior durante los meses de verano sin calefacción debido al incremento de las temperaturas exteriores”.
Hemos observado un aumento de la temperatura ambiente interior durante los meses de verano sin calefacción debido al incremento de las temperaturas exteriores
Los registros de afinación de órganos podrían ser útiles para los estudios climáticos, señaló Neil Macdonald, profesor de Geografía en la Universidad de Liverpool. “Como alguien que ha trabajado mucho con registros históricos de clima y meteorología, nunca me había topado con esto”, dice. “Me pareció fascinante”.
Es posible que las temperaturas veraniegas en las iglesias estén influidas por factores distintos del deterioro climático, añade: por ejemplo, que en el pasado algunas iglesias se ventilaran con más frecuencia.
La temperatura y la música
A los afinadores les importa la temperatura porque afecta a la expansión y contracción de materiales como la madera y el metal, de uso común en los órganos, explica Scott.
La humedad también desempeña un papel. Una anotación dejada por un afinador y recogida por los investigadores se refiere a un órgano de una iglesia de Nottingham. Parte del instrumento parecía dañada y más difícil de afinar que la vez anterior. “¿Tiempo? Brumoso”, escribió el afinador.
Aunque muchas iglesias son grandes edificios de piedra difíciles de calentar —lo que las convierte en refugios para algunos durante las olas de calor—, el calor estival puede seguir causando problemas a un órgano. Un cambio de solo un grado centígrado puede alterar la afinación de uno de estos instrumentos en 0,8 hercios, dice Scott.
Eso significa que, si un órgano se afina a 16 ºC y luego la temperatura sube a 20 ºC, las notas que produce pueden ser perceptiblemente diferentes.
La empresa de Scott ha afinado órganos por todo el mundo, incluidos Nigeria, Malasia e India. En países calurosos, mantener un órgano afinado ya es complicado; el deterioro climático amenaza con hacerlo aún más difícil. Y, además del clima, los potentes sistemas de calefacción de las iglesias pueden afectar todavía más profundamente a los órganos de tubos, añade.
Xing dijo que él y sus colegas esperan analizar más datos de libros de afinación de órganos y animó a cualquiera que posea este tipo de registros a ponerse en contacto con él. “Si podemos encontrar otros más antiguos, sería fascinante”, afirma. “Espero que la gente se dé cuenta del valor de los libros de afinación”.
Este artículo se publicó por primera vez en The Reengineer.