El ataque del lobo a un cuidador fue instintivo al acercarse a una hembra preñada

El ataque a un cuidador del Centro del Lobo Ibérico de Sanabria por parte del macho de la manada fue “meramente instintivo” cuando se acercó a una hembra preñada en una de las tareas rutinarias que se llevan a cabo en las instalaciones.

El delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, Alberto Castro, ha ofrecido hoy los detalles del suceso ocurrido ayer, en el que el trabajador sufrió heridas por dentelladas en los brazos, con los que se protegió el cuello, en la cabeza y el cuero cabelludo.

El trabajador, Carlos Sanz, de 61 años, que fue trasladado en un helicóptero medicalizado a un centro hospitalario de León, recibió el alta hospitalaria ayer mismo y ahora se recupera de sus heridas en casa.

Se trata de un técnico especialista en la atención a los lobos que en los más de treinta años que lleva de trabajo con ellos nunca había sufrido una agresión de este tipo.

Los motivos del ataque están aún en investigación y no se descarta que pueda haber influido el estrés del animal por el sabotaje del día anterior, cuando cortaron las vallas con una radial con la intención de que los animales escaparan.

Esa acción vandálica se produjo de noche y en una zona en la que había un punto ciego al que no llegaban las cámaras de seguridad de este centro de cría de lobos en semilibertad dependiente de la Junta de Castilla y León y ubicado en Robledo, un anejo del Ayuntamiento zamorano de Puebla de Sanabria.

El ataque al cuidador, que investiga la Guardia Civil y la inspección de trabajo, se produjo en un acceso del cuidador y de la veterinaria al recinto vallado en el que viven los lobos en semilibertad, en una acción que según Alberto Castro se llevó a cabo según los protocolos de seguridad.

El pasado miércoles, el personal observó por la mañana que se habían hecho aberturas en el vallado exterior e interior del centro con una radial y que uno de los lobos había escapado de la zona acotada en la que viven en semilibertad.

Ese lobo fue localizado “fuertemente estresado” dentro del segundo perímetro vallado, del que no salió gracias al instinto de permanencia en manada, por lo que pudo ser reintegrado al recinto interior junto a la manada sin mayores problemas.

Si el sabotaje hubiera hecho que los lobos escaparan, a estos les habría esperado una muerte segura “por inanición o por parte de sus congéneres salvajes, que no admitirían la intromisión de estos ejemplares en su territorio”, según la Junta de Castilla y León.

La administración regional ha advertido además de que ese sabotaje supone una “grave amenaza” a un proyecto único que pretende dar a conocer, divulgar y romper mitos sobre la figura del lobo.