El debate sobre la reproducción asistida reabre viejas heridas en Francia

La previsible legalización de la reproducción asistida en Francia para mujeres lesbianas y solteras, tan aplaudida por sectores progresistas como vapuleada por los más conservadores, cumple la promesa de campaña del presidente Emmanuel Macron, pero no con su deseo de mantener un “debate desapasionado”.

Para el colectivo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), supondría el logro de una reivindicación histórica. “Es un paso lógico que pone fin a años de discriminación”, valora en declaraciones a Efe el secretario de SOS Homophobie, Jérémy Faledam.

Una visión opuesta a la esgrimida por La Manif pour Tous (LMPT), movimiento ultraconservador nacido en 2012 para luchar contra la legalización del matrimonio homosexual.

“Privar deliberadamente a un niño de tener un padre antes de su concepción supone ocasionarle un sufrimiento de por vida”, subraya a Efe su presidenta, Ludovine de La Rochère.

La apertura de la reproducción asistida a todas las mujeres se inscribe dentro del proyecto para revisar la ley de bioética, cuya votación está prevista para la primavera del año que viene.

Antes, en noviembre, una misión formada por 36 legisladores entregará un informe preliminar a la ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, quien presentará el proyecto de ley tras las vacaciones de Navidad.

“Es una paradoja y una anomalía que en Francia se permita a todas las mujeres casarse y adoptar a un niño, pero no que lo puedan gestar en su propio útero”, considera en declaraciones a Efe el ponente del proyecto de ley, Jean-Louis Touraine, diputado del partido “macronista” La República En Marcha (LREM).

Una de las preocupaciones señaladas por el Comité Consultivo Nacional de Ética, que se posicionó a favor, eran las consecuencias de “institucionalizar la ausencia de un padre”.

Tanto Touraine como Faledam defienden que crecer sin un padre no implica hacerlo sin referentes masculinos, puesto que el niño podrá encontrarlos en el entorno de su familia.

Se apoyan en estudios como los de la investigadora Susan Golombok de la Universidad de Cambridge, que aseguran que la calidad de las relaciones resulta más determinante que la estructura familiar para el desarrollo del menor.

Un argumento que no convence a De La Rochère. “Los abuelos y los tíos pueden desarrollar un papel importante, pero no pueden sustituir a un padre”, defiende. “Si eliminamos al padre -añade-, algún día veremos niños cuyos abuelos solo serán mujeres”.

Por otra parte, la presidenta de La Manif Pour Tous considera que la apertura de la reproducción asistida a todas las mujeres implicaría “dar prioridad al deseo adulto de procrear por delante del derecho del niño a conocer sus orígenes”.

A este respecto, el nuevo proyecto de ley, según detalla su ponente, contemplará que los niños puedan recibir “información útil” de su donante -como antecedentes médicos- y, en caso de que este acceda, a conocerlo cuando sean mayores de edad.

Asimismo, Francia agilizará el reconocimiento de menores nacidos en el extranjero por reproducción asistida o gestación subrogada, punto que ha dado alas a los opositores de la ley, convencidos de que el paso siguiente será la legalización de los “vientres de alquiler”.

“Si hoy somos capaces de decir que un niño no tiene necesidad de padre, mañana diremos que se puede alquilar a una mujer para tener un hijo”, exclama De La Rochère.

La ley de bioética también deberá hacer frente a la actual insuficiencia de donaciones de esperma, que continuarán siendo altruistas.

La principal batalla, sin embargo, se sigue librando en la opinión pública. La activista conservadora prevé “inmensas movilizaciones” si el proyecto de ley definitivo incluye la legalización de la fecundación artificial para solteras y lesbianas.

El Gobierno quiere evitar a toda costa un pulso en las calles. Según SOS Homophobie, las denuncias por ataques homófobos aumentaron un 78 % en 2013, cuando tuvieron lugar multitudinarias manifestaciones en contra del matrimonio igualitario y la adopción homoparental.

Aun así, las encuestas avalan el apoyo de la ciudadanía francesa a la apertura de la reproducción asistida: un sondeo de Ipsos-Sopra Steria de junio de este año asegura que un 75 % se muestra a favor.

No obstante, La Manif Pour Tous se basa en otra encuesta de la casa Ifop, publicada en septiembre y encargada por la asociación, según la cual un 82 % considera que el Estado debe garantizar a los niños nacidos por reproducción asistida “el derecho a tener un padre y una madre”.

Más allá de las cifras, SOS Homophobie apuesta por llevar el debate al terreno de la pedagogía con un vídeo de sensibilización que presenta a una mujer sola cuidando de su hijo en diferentes situaciones.

“Aunque la mayoría de los franceses ya son favorables a la ley -insiste Faledam-, es a través del ejemplo que se podrá cambiar la percepción acerca de las familias monoparentales y homoparentales”.