Italia amplía las restricciones y permite a los alcaldes cerrar las zonas más concurridas de sus ciudades para frenar el coronavirus

El primer ministro italiano Giussepe Conte ha anunciado este domingo nuevas medidas para contener el aumento de contagios en el país, donde esta jornada se han detectado 11.705 nuevos positivos, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia. La principal novedad es que los alcaldes podrán clausurar las zonas más concurridas de sus ciudades, como las de fiesta o en las que se produzcan grandes aglomeraciones, cada día a partir de las 21 horas para frenar el avance del coronavirus.

“No podemos perder tiempo para evitar un nuevo confinamiento general, el país no puede permitírselo”, justificó Conte en rueda de prensa al ilustrar estas medidas centradas en regular la vida en bares, restaurantes, gimnasios y escuelas, entre otros espacios.

Según el decreto publicado este domingo y en vigor hasta el 13 de noviembre, “los alcaldes disponen el cierre al público, tras las 21.00, de calles y plazas de las ciudades donde se creen aglomeraciones”, aunque se permitirá el acceso a quienes acudan a sus domicilios o a comercios “legítimamente abiertos”.

El Gobierno ha pactado estas medidas con los representantes de las regiones, que en los últimos días se habían opuesto a otras medidas, como el cierre de gimnasios y piscinas, que finalmente no se producirán. Conte ha advertido, eso sí, que estos centros deportivos tienen una semana para adaptarse y cumplir a rajatabla los protocolos sanitarios: “Si no es así, lo avanzo, la semana que viene nos veremos obligados a cerrarlos”.

El decreto de este domingo aporta modificaciones al aprobado el 13 de octubre, con el que se obligó a cerrar bares y restaurantes antes de la medianoche y a las 21 horas para los que no ofrecen servicio de mesa. A partir de ahora, los locales que no permitan sentarse a su clientela deberán echar el cierre a las 18 horas. En los restaurantes, además, solo podrán ocupar una misma mesa un máximo de seis personas. Las salas de juegos, apuestas y bingos solo podrán abrir hasta las 21 horas.

Asimismo no se permitirán las típicas ferias gastronómicas, los congresos se celebrarán de forma telemática y todas las reuniones de la Administración Pública serán a distancia salvo imposibilidad. Las restricciones al deporte de contacto aficionado se amplían ahora a las competiciones de principiantes.

En cuanto al sistema educativo, las lecciones en las escuelas de primaria seguirán siendo presenciales, al considerarlas “un activo fundamental”, pero ya desde secundaria “se favorecerán métodos más flexibles” y se organizarán entradas por turnos.

Conte ha expresado que entiende los sacrificios de los empresarios afectados por las restricciones, a la vez que ha prometido ayudas. Italia permanecerá en estado de emergencia hasta el 31 de enero del año que viene.