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El parque nacional de Daimiel recibe su segunda  transfusión en cinco meses tras volver a secarse por el abuso de agua para riegos

Las Tablas de Daimiel secas.

Raúl Rejón

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El parque nacional de las Tablas de Daimiel está recibiendo su segundo bombeo urgente de agua en cinco meses, según aprobó el Ministerio de Transición Ecológica el pasado viernes. Tras la inyección aportada entre marzo y abril pasados, el humedal se ha vuelto a secar aceleradamente debido a que el acuífero subterráneo del que se nutre continúa esquilmado: de las 310 hectáreas que se encharcaron entonces, apenas quedaban húmedas 36, es decir, había desaparecido el 88% de lo inundado con 3,5 hm3 de agua. Daimiel tiene 1.700 hectáreas inundables.

Esta transfusión de emergencia se realiza desde el sábado pasado mediante la extracción de agua subterránea con una batería de pozos para suministrarla al ecosistema a un régimen de un metro cúbico por segundo. Transición Ecológica explica que el agua tiene que llegar para humedecer las turberas bajo tierra y que no combustionen. Sin embargo, este nuevo flujo es una medida de último recurso ante la situación extrema de las Tablas. No soluciona la sobrexplotación del acuífero para alimentar la industria agrícola de regadío que deseca continuamente el parque nacional.

“La Tablas están en la UCI. Es normal que se hayan secado así tras la aportación de primavera dada la situación de acuífero. A 20 metros por debajo está vacío, el agua se va y más si las administraciones no son capaces de activar un plan de mejora”, explica Ramón González, responsable del plan de aguas de SEO-Birdlife. De hecho, el verano no ha sido especialmente seco: junio sí ha sido calificado como “seco” en los análisis de la Agencia Estatal de Meteorología para la zona de Ciudad Real, pero julio fue “normal”, agosto “extremadamente húmedo” y septiembre “normal”.

La directora del Organismo Parques Nacionales, María Jesús Rodríguez de Sancho, comparte la preocupación. “Nos debemos preocupar todos como sociedad. Las Tablas tienen una serie de figuras de protección porque así lo ha expresado la sociedad. Yo creo que si preguntamos a cualquier ciudadano, también a los que están alrededor del parque, si quieren que se conserve, la respuesta es sí”, cuenta a elDiario.es.

Roberto González recuerda que la propia declaración de Daimiel como parque nacional demanda acciones. El decreto que lo creó en 1973 especifica que “se construirán los dispositivos adecuados para mantener los niveles hídricos del Parque en las cotas más convenientes para la conservación del ecosistema que se trata de proteger”. Sin embargo, la extracción de agua para regadíos provocó que el acuífero 23 se declarara provisionalmente sobrexplotado en 1987 (lo que suponía medidas de control para revertir la situación) y de manera definitiva en 1994 con la redacción de un Plan de Ordenación de Extracciones. En julio de 2020, el Gobierno ha debido declarar “en riesgo” las masas de agua que componen ese acuífero.

Rodríguez de Sancho argumenta que disponer de un parque nacional “impone una serie de obligaciones” y que “todos nos tenemos que adaptar a la nueva situación que ha derivado del cambio climático: menos recursos hídricos, que son un bien escaso”. La directora dice que no le corresponde valorar si el nivel actual de actividad agrícola entorno a las Tablas es compatible con la conservación del parque, pero sí afirma que “toda la actividad debería adaptarse para conseguir la preservación del ecosistema. Actuar conforme a la disponibilidad de recursos”. 

Permiso hasta el 31 de diciembre

La Confederación Hidrográfica del Guadiana autorizó en marzo extraer hasta 12 hectómetros cúbicos con esa batería de pozos para aliviar algo a Daimiel. Solo se utilizaron 3,5 hectómetros cúbicos hasta humedecer esas 310 hectáreas que se han extinguido hasta quedar en apenas 36. El permiso está vigente hasta el 31 de diciembre. Sin embargo, los regantes con derechos sobre el acuífero se oponen a esta medida y piden que se active un trasvase desde el Tajo. Contraponen que los sondeos son una solución hidrogeológicament incoveniente, tras encargar un informe técnico que remitieron al Ministerio. Quieren que se envíe agua desde otra confederación hidrográfica. Transición Ecológica ha repetido que la última vez que se realizó esa operación “de los 20 hm3 derivados sólo llegaron a destino 0,75 hm3, pues el cauce del río Cigüela, por el que discurre el agua trasvasada hasta el parque, es un cauce seco por lo que el agua se infiltra antes de llegar a su destino”. Y una vez infiltrada está disponible para las extracciones para el riego.

El presidente de la Confederación Hidrográfica, Samuel Moraleda, afirma que el Plan especial de control de uso del agua puesto en marcha en marzo pasado “nos indica que hay un abuso en el volumen de agua extraído de las masas subterráneas. El riego así no es sostenible. La recuperación de las Tablas de Daimiel pasa por el control del acuífero. Todo lo que sea sobrepasar las extracciones indicadas significa la imposibilidad de la recuperación de los humedales”.

Moraleda explica que, de marzo a octubre, han denunciado más de 3.500 hectáreas de regadío que excedían el agua autorizada o que no contaban con permiso para utilizarla. La campaña ha realizado 5.000 inspecciones en ámbito geográfico que abarcan las masas de agua subterráneas Mancha Occidental I, II y Rus Valdelobos que ocupan 100.000 hectáreas. “El problema está ahí, hace falta ir a buscarlo”, añade el presidente de la Confederación. Antes de este plan especial, el organismo contaban con un agente por cada 1.000 km2 de territorio, remata Moraleda.

El bombeo pretende, dice el Ministerio, “garantizar una lámina de agua suficiente que favorezca la hibernada de las aves acuáticas del parque”. El responsble de SEO-Birdlife contrapone que las láminas de agua superficial que se consiguen con este aporte “son un espejismo. Para que se inunde Daimiel tiene que llover los meses que toca y no sobrexplotar el acuífero lo que pasa por controlar cuánto se saca por los pozos legales (los ilegales son ya otra cosa). Saber si se ajusta a lo autorizado, qué menos”.

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