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Turismo al borde de la muerte en los Picos de Europa

Helicóptero de rescate en los Picos de Europa.

Peio H. Riaño

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Las últimas cifras publicadas dicen que más de 3.000 personas cruzan a diario, en julio y agosto, “la garganta divina”. Fueron las visitas del verano anterior, cuando se batió el récord de turistas en la Ruta del Cares. Sumaron más de 160.000 personas en 2022. Hace unos días es posible que se superaran las 4.000, porque coincidió puente festivo y fin de semana. “Ese es el peor momento de todo el año. Debería haber una manera de rebajar la afluencia estos días”, dice el guía de montaña Félix López, nacido en La Robellada, en Onís (Asturias). Su empresa Los Traviesos recibe turistas de la ciudad durante todo el año y les enseña los Picos de Europa, acompañado por su perro Kilian. En el Cares está prohibido llevarlo suelto y con correa extensible. 

El Cares tiene normas y señales para evitar accidentes, que no impiden las desgracias en época de máxima afluencia. Hace unos días, un barcelonés de 25 años se despeñó 60 metros abajo. Caminaba junto con su padre por una de las canales paralelas a la ruta principal. Las autoridades asturianas han indicado que el hecho tuvo lugar en la zona del Horcado Turonero, desde el Canal de la Ría.  En la web de rutas Wikiloc, esta travesía de casi 14 kilómetros y un desnivel acumulado de cerca de 3.000 metros, está calificada como “difícil”. La Ruta del Cares son 18,5 kilómetros con unos 400 metros de altitud de desnivel acumulado (ida y vuelta), y la dificultad técnica es “moderada”. No es un camino apto para la mayoría de los miles de turistas que se acercan, según cuentan los guías de montaña. El año 2022 Asturias hizo récord turístico, con más de 2,4 millones de visitantes. Un crecimiento del 2,4% respecto a 2019.  

“La masificación de la ruta sucede en agosto. No logramos desestacionalizar el verano. Llega gente sin respeto por la montaña, que no se prepara la jornada, que pasa por el Decathlon, compran cuatro cosas y ya se creen Kilian Jornet. También los hay que vienen en sandalias, como si fueran a pasear por la calle principal de una ciudad”, comenta el afable montañero Félix López. Lamenta la desconexión que hay entre la ciudad y el campo, y el atrevimiento con el que los urbanos llegan a tierras de pastores y paisanos. “El otro día se hizo viral una pareja que bajaba con dos niños pequeños y uno en carrito, por la Canal del Texu. ¡Ya somos mayorines! Si haces eso con tus hijos…”, dice. En la popular web referida se indica que los ocho kilómetros alternativos al funicular, para llegar a Bulnes desde Poncebos, tienen una dificultad moderada. Además, indica que se puede ir con niños, “con precaución”. 

Excesivo número de turistas

En ese mismo camino, que no es de los más peligrosos, el pasado año murió un montañero al caer 80 metros al río mientras trataba de salvar a su pareja, que había sufrido un traspiés y pudo agarrarse a un árbol en la caída. La víctima, de 40 años, cayó al río cuando practicaban la mitad de la ruta, en una zona de difícil acceso y fuerte verticalidad. La mujer pudo ser rescatada con más de 40 metros de cable gracias al helicóptero. Unos días antes, una joven portuguesa se apoyó en una de las vallas que limitan el camino hacia el cauce del río Cares y esta cedió desde una altura de unos 20 metros.

Guillermo Arregui también es guía de montaña en estos caminos y se encuentra con personas que ni siquiera saben dónde están. “Ayer estuvimos en Lagos y hoy en Picos de Europa”, dice de comentarios que suele escuchar con mucha frecuencia. Cree que hay una parte del turismo del Cares que no calcula los riesgos, no se informa y ha perdido el respeto al camino. “El excesivo número de personas es el mayor peligro, porque hay más probabilidad de accidentes. No es un paseo, tiene caídas de 50 metros de altura. Antes se leía y se aprendía sobre la visita que ibas a hacer, ahora sólo importa la foto”, indica. 

Pero más allá de la imprudencia de una parte del turismo, echa en falta más información, prevención y control por parte de las autoridades. “Si haces una fiesta en un pueblo, estás obligado a montar un dispositivo de seguridad. En cualquier piscina y las playas hay un socorrista que advierte de conductas inapropiadas y rescata en caso de accidente. Si miles de personas se acercan a diario al Cares, hay que regular el tránsito. No sé si la solución es un aforo, pero sí hay que controlar y rescatar. El año pasado, que fue un número de récord, ya deberían haberlo pensado”, advierte Arregui. 

Según los últimos estudios de mercado sobre turismo rural, publicados por el Principado de Asturias en el año 2017, los encuestados aseguraban que el 17% de los visitantes acudían a la Comunidad Autónoma por la riqueza del entorno natural y la gastronomía. El 23,4% de ellos reconocían sus preferencias por el senderismo. El 39% se decantaban por la playa.

Un helicóptero, muchos rescates

El Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) no tiene puesto avanzado en Picos de Europa, pero según la memoria anual de sus actividades del año 2021, el grupo especializado de Bomberos de Asturias realizó 273 rescates en montaña durante 2021, por delante de los rescates en medio urbano (226) y de animales (96). Esta cifra supone un aumento del 2%, mucho menos que el crecimiento del 40% en acciones de rastreo de personas perdidas en la montaña. En julio y agosto tuvieron lugar el mayor número de salidas de rescate, con 130 y 123 operaciones de rescate respectivamente. En febrero apenas fueron 30. El sábado fue el día con mayor número de salidas de la semana. 

Por otra parte, los medios aéreos del Área de Bomberos de Asturias salieron en 2021 un 12,74% más que en 2020. Los incendios forestales fueron la actividad con mayor número de salidas (223). Le siguen los rescates, con 191. De estos últimos, 135 sucedieron en la montaña, lo que supone un incremento del 7,30% de las operaciones aéreas de rescate. Lo más llamativo es que hubo un ligero descenso de salidas por incendios forestales. Agosto fue el mes que más tiempo consumió el helicóptero en horas de vuelo, con 44 horas y 21 minutos. La aeronave partió en enero más veces a rastrear, y estuvo más activo para rescates en montaña durante julio (24) y agosto (23). El resto del año, el helicóptero apenas sale una docena de veces para realizar este tipo de tareas.

El municipio que necesitó mayor actividad de medios aéreos fue Aller, con 53 salidas. Cabrales, donde se encuentra la Ruta del Cares y el resto de caminos vinculados a Picos de Europa, ocupó el segundo lugar, con 50 salidas aéreas de Bomberos Asturias. Como era de esperar, el sábado y el domingo son los días con mayor número de actuaciones para salvamentos. Como informan desde Bomberos de Asturias, no cuentan con helicóptero en propiedad, pero tienen alquiladas dos aeronaves. Una está dedicada a incendios y la otra a rescates.

Imprudencia turística

Fuentes de la coordinación del servicio de Emergencias explican a elDiario.es que aunque hay más gente que antes en la Ruta del Cares, no hay más accidentes, “aunque muchos son de gravedad”. “Pero lo que más vemos es imprudencia en los visitantes que vienen en verano. Es cierto que es una situación que se repite todo el año: en cuanto sale el sol, la gente va a la montaña, ya sea Semana Santa o Navidad. Antes era solo un fin de semana, pero ahora rescatamos gente durante todo el año”, explican las fuentes de Emergencias.

En el otro extremo de Picos de Europa, en el Parque Natural de Ponga, la experiencia que tienen en el centro de interpretación ubicado en San Juan de Beleño es que “el 90% de los visitantes que vienen no saben ni a dónde van, ni saben lo que es un Parque Natural, ni lo que implica, ni están preparados para caminar por la montaña”, explica una de las trabajadoras a eldiario.es “Demandan información y quieren hacer rutas porque ven que el resto hacen senderismo, pero luego no saben ni seguir las marcas de señalización de los recorridos, ni son conscientes de su nivel físico y muchos se terminan perdiendo”, resumen la situación desde el Centro de Interpretación de Beleño. 

Las cifras de visitantes de Picos de Europa se han disparado desde el verano de 2021, con la salida definitiva de la pandemia del Coronavirus y estos años por el aumento de las temperaturas en el resto de España. “La gente salió a la montaña como locos después de estar encerrados tanto tiempo y con las restricciones de movilidad que había buscaban sitios no masificados. Ahora volvemos a la tradición de veranear en Asturias por el fresquito. Creo que en el futuro el aumento seguirá por el cambio climático”, indican las fuentes consultadas que trabajan a diario con los turistas que acuden a Ponga. 

Quizá entonces el turismo contrate los servicios de los guías de montaña, como dice Félix López, nieto de pastoras y pastores de los Picos de Europa, autores de las canales que ahora desbordan los turistas al borde del precipicio. “Hay que saber dónde pisar, dónde están las fuentes, los peligros y también interpretar el entorno. Yo te lo cuento como si fueras mi hermano”, apunta el montañero que rescata la cultura de la zona y propone otra manera de conocer las paredes del río Cares.

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*Fe de erratas: el desnivel acumulado en la ruta del Cares es de unos 400 metros (ida y vuelta) y no de 4.000, como ponía en una primera versión del texto.

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