Según está establecido en el ritual católico, una vez que ha sido elegido el papa, el decano del Colegio cardenalicio tiene que preguntarle si acepta su elección canónica como supremo pontífice. En caso de que esté de acuerdo, deberá decidir su nombre papal y los cardenales deberán jurarle obediencia.
Una vez concluido este rito, será llevado a la llamada Habitación de las Lágrimas, donde se le vestirá con la casaca papal blanca. Generalmente varios tamaños han sido preparados con antelación para evitar que la vestimenta sea demasiado grande o pequeña. En este cónclave, se cree que el Vaticano ha reciclado algunas casacas hechas para cónclaves anteriores y que nunca llegaron a ser utilziadas.
Ya vestido con el ropaje papal, el elegido será presentado ante los fieles católicos desde el balcón de la plaza de San Pedro del Vaticano.