Hace ya casi 10 meses que una parte de Internet se cae cada fin de semana en España. Y es imposible saber a qué servicios afectará cada apagón. Ha habido desconexiones en Redsys, la principal pasarela de pago en España para las operaciones con tarjeta; bancos, la red social X, la plataforma de videojuegos Steam o múltiples portales oficiales, como el Ayuntamiento de Madrid o el de la Real Academia Española. Pero, por debajo de esos grandes nombres, hay una larga cola de pymes que no cuentan con los mismos recursos. Cada sábado y domingo, se preguntan si su negocio volverá a irse al traste por culpa del fútbol.
“Este fin de semana hemos tenido que reiniciar el sistema 14 o 15 veces. Es una impotencia absoluta”, dice José Manuel Louro, uno de los afectados. “Que el juez haya permitido los bloqueos de manera indiscriminada es algo que yo no me puedo creer. ¿Cómo se les puede dar tanto poder? Y lo que más me asusta: ¿por qué yo no puedo hacer nada contra ello? Cada fin de semana intentamos buscar soluciones, pero técnicamente no las hay. Si te cortan, te cortan”.
Todo proviene de una maniobra antipiratería de LaLiga. La patronal del fútbol, dirigida por Javier Tebas, obtuvo un mandato judicial que le permite solicitar bloqueos de Internet a las teleoperadoras sin pasar de nuevo por el juez cuando detecte una retransmisión ilegal. La sentencia también dice que sus acciones no deben “perjudicar a terceros”, algo que cientos de empresas denuncian que no se está cumpliendo. El caso ha escalado hasta el Tribunal Constitucional y el Defensor del Pueblo.
Cada fin de semana intentamos buscar soluciones, pero técnicamente no las hay. Si te cortan, te cortan
Mientras los magistrados dirimen, los bloqueos de Tebas continúan. “Son problemas que duran más o menos una hora y media, pero que llegan aleatoriamente durante el fin de semana”, explica Louro, responsable de Ralight Solutions, una pyme dedicada a la venta de videojuegos y consolas a través de plataformas como eBay, Miravia o Aliexpress. Es el período que duran los partidos de fútbol. “Este fin de semana estuvimos toda la tarde y la noche del sábado y la tarde del domingo con fallos”.
“Nosotros estamos abiertos 24/7. No siempre que hay fútbol lo notamos, por lo que nunca sabes cuándo te va a afectar. Pero este fin de semana nos impactó de lleno porque cortó la comunicación de nuestro servidor con Miravia y Aliexpress. Ha sido un desastre porque ha provocado que vendamos más unidades de las que tenemos en stock. Con cada venta no había un retorno para reducir la cifra de unidades disponibles, ya que no había comunicación con el servidor. Tampoco pudimos hacer el reporte de ventas para la empresa auditora”, continúa Louro.
“El efecto de los bloqueos es como el de un tsunami. Empiezan con olas pequeñas que van causando fallos. Al principio no sabes a qué se deben. Piensas que el sistema está inestable, hasta que los fallos se empiezan a sumar en sitios diferentes y se te cae todo. Llamas al programador y es cuando te dice que son otra vez los bloqueos de LaLiga. Esto está afectando a un montón de empresas, pero a las que seguimos activas el fin de semana, nos destroza”, denuncia el pequeño empresario.
“Me parece bien que persigan a las webs pirata, pero que te hundan el negocio sin tener tú nada que ver... Me parece increíble que se les haya dado el poder de decidir quién puede trabajar el fin de semana”, insiste en conversación con elDiario.es.
“Moscas a cañonazos”
Los bloqueos aleatorios que cita Louro son una consecuencia del método que LaLiga utiliza para frenar las retransmisiones pirata. Cuando detecta una emisión ilegal, pide a las operadoras que bloqueen la dirección IP entera por la que esta discurre. El problema es que la IP es como el código postal de un servicio digital y, al igual que este, puede agrupar miles de webs o servicios digitales. Cuando cae una de ellas, cae la emisión pirata y todos aquellos que estuvieran compartiendo dirección IP con ella en ese momento.
LaLiga echa la culpa de los daños colaterales de sus bloqueos a Cloudflare, una multinacional estadounidense que, en la práctica, es la responsable de agrupar servicios digitales en las distintas IPs. Se trata de una práctica habitual en negocios como el suyo, que se centran en acelerar la carga de los dominios web que lo contratan, protegerlos de tráfico malicioso (como bots) y ofrecer otras funciones de ciberseguridad.
Son las IPs de Cloudflare las que LaLiga ordena tumbar a los operadores de Internet, que obedecen alegando que la patronal del fútbol cuenta con un mandato judicial. Para Tebas, la multinacional es cómplice de la piratería por no vigilar qué ocurre en cada una de las webs que empaqueta. Hace lo mismo con Google, a la que acusa de acoger en su tienda de apps algunas que pueden usarse para ver retransmisiones ilegales, o las plataformas VPN, que se usan para camuflar la ubicación real del usuario.
“Google, Cloudflare, VPNs y otros agentes involucrados en el consumo de piratería adquieren responsabilidad de las actuaciones ilegales que están permitiendo y de las cuales se lucran. LaLiga, amparada por la Justicia, no se detendrá en la defensa del fútbol y los intereses de sus clubes ante actuaciones criminales vinculadas al fraude audiovisual y su blanqueo”, han manifestado los de Tebas.
Diversos expertos llevan meses denunciando que los bloqueos por IP son como “matar moscas a cañonazos”. Algunas páginas de afectados cifran en unos 750.000 euros las pérdidas que está produciendo. “Es como destruir todo un edificio porque hay alguien dentro que trafica con drogas”, dice Daniel Infante, responsable de Pixeladas, una consultora de marketing digital y programación web. “Las IPs están compartidas por centenares o miles de páginas web. Por favor, no estamos en los años 80, lo que están haciendo es un error de concepto”.
El peso de Cloudflare para las pymes
Pixeladas es otro de los negocios afectados por los bloqueos. O, mejor dicho, lo son sus clientes. Cada vez que hay un partido de fútbol, el tráfico hacia sus webs puede caer de repente. Esto resulta en una doble pérdida económica: el cliente no solo deja de vender ese día, sino que también pierde el dinero invertido en publicidad, a través de anuncios en Google o Meta (Facebook e Instagram). “Esos días se van automáticamente a negativo, porque hacen un gasto en promocionarse sin saber que esto les va a afectar y no van a poder vender”, dice Infante.
Pero si los problemas giran alrededor del servicio de Cloudflare, ¿por qué no utilizar otro? “Cloudflare es un gigante por méritos propios, porque al final son los mejores en algunos aspectos, como la lucha contra los bots. Además, sus servicios son gratuitos para las empresas más pequeñas”, contesta Infante, que profundiza en uno de esos ejemplos.
“Nosotros tenemos un problema muy, muy recurrente, pero que por desgracia forma parte de la sociedad en la que vivimos, que son los bots. Entran a tu web, te rellenan un formulario, te hacen spam. Hemos tenido casos de clientes que han recibido 2.000 formularios en un día diciendo que están interesados en un producto para luego ver que eran enlaces para comprar viagra, webs rusas, etc. Es algo muy complicado de soportar, sobre todo para nuestros clientes más pequeños, que tienen una facturación de 50.000 o 60.000 euros al año”, detalla Infante.
Nosotros se lo explicamos así a los clientes: mira, LaLiga tiene secuestrada tu web. Que esto esté pasando en España... es muy, muy salvaje
“Cloudflare es el mejor parando esto, y a los clientes con menos facturación se lo ofrece gratis. Yo, personalmente, no he encontrado alternativa. Puedo quitar Cloudflare, pero entonces tengo los bots y mis clientes quedan desprotegidos ante ellos”, resume.
LaLiga asegura en todas sus comunicaciones que sus bloqueos “son proporcionales, quirúrgicos y acotados temporalmente durante los partidos de la competición”. El responsable de Pixeladas cuenta otra realidad. “A veces pasan horas después de los partidos y el bloqueo se mantiene. Pero si al gestor de turno se le olvida una IP, pueden llegar a durar días”.
Como Louro, Infante coincide en que la “sensación es de impotencia total, de que nosotros no pintamos nada. No hay una alternativa, y si la hubiera, las webs pirata también se irían a ella. Ahora mismo, Internet está secuestrado. Nosotros se lo explicamos así a los clientes: mira, LaLiga tiene secuestrada tu web. Que esto esté pasando en España... es muy, muy salvaje”.
El Congreso da la espalda
A finales de octubre, la Comisión de Economía, Comercio y Transformación Digital del Congreso rechazó una Proposición No de Ley presentada por el BNG para evitar los bloqueos indiscriminados de LaLiga. La acción quería instar al Gobierno a tomar medidas para garantizar que las acciones antipiratería de la patronal del fútbol no afecten a webs legítimas; revisar y corregir los procedimientos técnicos que están empleando LaLiga y las operadoras; y establecer mecanismos de supervisión y transparencia que permitan corregir rápidamente los bloqueos erróneos.
El PP y Vox votaron en contra y el PSOE se abstuvo. Tebas lo consideró un espaldarazo político a su estrategia. “LaLiga recibe positivamente el respaldo que significa dicha votación”, expresó, criticando a su vez la PNL por contener “información limitada” y omitir, a su juicio, “el impacto crítico que tiene el fraude audiovisual”. Es la misma crítica que expresó en una carta enviada al BNG, en la que afirmaba que la iniciativa estaba plagada de “inexactitudes y errores”.
“La defensa de la propiedad intelectual no puede servir de excusa para vulnerar derechos fundamentales o aplicar medidas que, bajo apariencia de legalidad, suponen censura y bloqueo generalizado”, contestó Néstor Rego, diputado del BNG, que consideró “insultante” la misiva de la patronal del fútbol.
El Ejecutivo, cuando ha sido consultado al respecto, ha instado a los afectados a utilizar la vía judicial. “El Gobierno anima a cualquier persona o entidad afectada a ejercer sus derechos por las vías legales y seguirá con atención la evolución de la situación para valorar posibles medidas en el marco de sus competencias”, afirmó en octubre ante una pregunta por escrito de ERC.
¿Que actúe Trump?
La última evolución del caso tiene un tinte rocambolesco. Cloudflare, que desde el principio ha denunciado los bloqueos de LaLiga, ha escalado el caso hasta la Casa Blanca. La multinacional ha enviado un informe a la Oficina del Representante Comercial de EEUU para quejarse de que los bloqueos de LaLiga en España constituyen una barrera comercial.
“Los reguladores y tribunales españoles han permitido procesos que interrumpen la prestación de servicios digitales para favorecer los intereses comerciales de entidades locales”, afirma la empresa en su comunicación con el organismo citando las “órdenes judiciales excesivamente amplias” de las que dispone LaLiga. “Estas órdenes les permiten bloquear los servicios de proveedores estadounidenses de red como Cloudflare mediante el bloqueo de direcciones IP, cada una de las cuales canaliza el tráfico de miles de dominios”.
Los reguladores y tribunales españoles han permitido procesos que interrumpen la prestación de servicios digitales para favorecer los intereses comerciales de entidades locales
La Oficina a la que se dirige Cloudflare tiene la misión de elaborar un informe sobre el comercio internacional que influye en las negociaciones entre EEUU y el resto de países. “Estas acciones, diseñadas para proteger a un conjunto reducido de intereses comerciales, han causado daños colaterales significativos a empresas y usuarios que no eran los objetivos de las medidas, sin vías de reparación ni posibilidad de impugnar la orden original”, continúa la multinacional, pidiendo a la Casa Blanca que intervenga para reparar la situación.
LaLiga, por su parte, no ha tardado en responder. Afirma que las aseveraciones de Cloudflare “no son precisas y carecen de contexto”, ya que obvia que “la actividad desarrollada por esta compañía confronta con los sistemas legales y judiciales de multitud de países en todo el mundo, como Francia, Italia, Japón o Corea del Sur”.
Mientras LaLiga y Cloudflare cruzan acusaciones a ambos lados del Atlántico, los bloqueos siguen cayendo cada fin de semana en España. Los partidos se suceden, los jueces deliberan y las pequeñas empresas continúan en vilo, atrapadas entre gigantes. Sin vías técnicas para protegerse, cuando ruede el balón, su web puede volver a apagarse.