Canarias siguió consumiendo costa en los años de la crisis: el 130% frente al 105% de media nacional

El buque 'Esperanza', de Greenpeace, atracado este jueves en el puerto de Santa Cruz de Tenerife

Vicente Pérez

Santa Cruz de Tenerife —

Casi el 12% de la franja costera en Canarias está “degradado” desde el punto de vista medioambiental, debido principalmente a la construcción de urbanizaciones, un proceso que ha aumentado el 130% entre 1987 y 2014, pese a la crisis económica por la burbuja inmobiliaria, años en que continuó esa expansión urbanística costera.

Con una perspectiva mayor en el tiempo, en casi los tres últimos decenios (de 1987 a 2014), la nueva superficie “artificial” por las actividades humanas ha cubierto un espacio equivalente a 16.000 campos de fútbol, o sea, 7.000 hectáreas en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y 9.000 en Las Palmas. En todo caso, el principal problema ecológico del archipiélago es “posiblemente” la erosión, pues el 28% del territorio carece de vegetación suficiente para evitarla.

Son algunos de los datos y conclusiones más relevantes del informe A toda costa 2018, elaborado por la organización ecologista Greenpeace, uno de cuyos barcos, el Esperanza, se encuentra desde la tarde de este jueves atracado en el puerto de la capital tinerfeña, donde permanecerá hasta el domingo, dentro de su periplo para denunciar la urbanización masiva de la costa en España.

Al mando de esta embarcación está el capitán Mike Fincken, un veterano activista sudafricano que lleva 20 años vinculado a Greenpeace. El Esperanza llegó al puerto tinerfeño tras recalar antes en Barcelona, Ibiza y Cádiz, y podrá ser visitado por el público durante su estancia en la dársena de Los Llanos (este viernes, de 17.00 a 21.00, y el sábado y domingo, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00).

El informe elaborado por Greenpeace analiza la evolución, en toda España, de una franja de costa que llega 10 kilómetros tierra adentro (distancia que en Canarias, por su condición de islas, supone abarcar prácticamente todo el territorio), entre los años 2006 y 2014 y desde el punto de vista de los servicios que proveen sus ecosistemas (alimentación, minerales, suelo, diversidad genética, conservación de especies, control de la erosión, amortiguación de inundaciones y disfrute humano, entre otros parámetros).

En ese periodo, se ha producido en Canarias “un deterioro destacable” en el paisaje natural (que retrocede el 10,9%) y en los hábitat naturales, al tiempo que empeoran los datos referidos a las salinas y las playas naturales. En el lado positivo, se registra una “mejoría destacable” en los hábitat para especies amenazadas y en la planificación de la gestión de los espacios naturales protegidos. La situación permanece “estable” en otros indicadores, como las zonas de cultivos y las zonas desprovistas de vegetación.

En Canarias, según el informe de Greenpeace, el 11,9% de la franja costera (en la terminología del estudio, se refiere hasta 10 kilómetros desde el océano) está “degradada”, porcentaje que se desglosa en el 8,7% por la construcción y el 3,2% restante por los incendios forestales (un factor que aparece en este indicador probablemente no porque en Canarias estos siniestros afecten a la costa propiamente dicha, sino por la amplitud del territorio insular englobado en esta franja).

Por provincias, el 8,4% de la costa de Santa Cruz de Tenerife está degradada, frente al 14,7% en Las Palmas, una diferencia llamativa. Si se tiene en cuenta el motivo, las urbanizaciones ocupan ya el 10,8% de la costa en la provincia oriental, y el 8,7% en la occidental.

Greenpeace destaca que Canarias tiene una “larguísima” costa de 1.583 kilómetros, con origen volcánico y un clima subtropical que varía localmente con la altitud y la orientación; por ello, presenta “una gran diversidad biológica, riqueza paisajística y geológica”, reconocida con espacios protegidos a escalas nacional e internacional. 

Tras el éxodo rural en los años 70 del pasado siglo, la economía canaria pasó a basarse en el sector turístico y se abandonaron muchos terrenos agrícolas, quedando la producción para el mercado exterior, “ya muy tecnificada”, una situación que provoca “una gran presión humana sobre el conjunto de los bienes y servicios de los excepcionales ecosistemas canarios”, expone el informe de la organización conservacionista.

De entre todas las comunidades con mar, Cataluña es la que mayor porcentaje de la franja costera tiene degradada como consecuencia del proceso urbanizador, el 26,4%. Le siguen la Comunidad Valenciana con el 23,1% y Andalucía con el 15,4%. Además, estas regiones son las que más población acumulan en la costa, tanto por locales como turistas. Asturias, Baleares y Galicia son los tres territorios con menor porcentaje de paisaje degradado.

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