De una antigua vía de tren a una ruta senderista al lado del mar: el camino que une dos enclaves turísticos de Castellón

Son muchas las localidades costeras del Mediterráneo que ganan población durante los meses de verano, y en la provincia de Castellón, dos de esas son Benicàssim y Oropesa del Mar, ambos enclaves turísticos tanto por locales como por nacionales e internacionales.

Estas dos conocidas localidades de la provincia de Castellón, Benicàssim a 15 kilómetros aproximadamente de la capital de provincia y Oropesa del Mar, a poco más de 20 kilómetros, duplican y hasta triplican su población veraniega, la primera de ellas también por acoger algunos de los festivales de música más conocidos de los que se celebran en España en época estival.

La Vía Verde del Mar: una antigua vía de tren que une la costa de Benicàssim y Oropesa

Más allá de la playa, ambas ofrecen una interesante ruta de senderismo, conocida como la Vía Verde del Mar, con vistas al Mediterráneo y que se puede recorrer tanto a pie como en bicicleta, con tramos diferenciados y que fue promulgada por el Ministerio de Fomento entre 2008 y 2009.

La Vía Verde del Mar recibe este nombre por tratarse de un camino que pasa por una antigua vía ferroviaria, y forma parte del proyecto de transformar trazados anteriores de los trenes en desuso en rutas senderistas.

Esta Vía Verde del Mar entre Benicàssim y Oropesa del Mar ocupa 5,74 kilómetros, que al recorrerse de ida y vuelta hacen un total de 11 que recorren un paisaje destacado entre trincheras, zonas abiertas al mar y túneles.

La ruta se puede comenzar tanto por Benicàssim como por Oropesa del Mar

Durante el recorrido se pasan por algunas torres vigía como eran la de Colomera, Cordà o Sant Vicent, así como playas y calas de la zona, acantilados, un puente metálico, los llanos de Bellver o el barranco de la Dona.

La ruta se puede comenzar desde Benicàssim, que comienza en el área de descanso que hay junto al antiguo apeadero de las Villas, o desde Oropesa del Mar, en el punto medio del paseo marítimo que perfila la playa de la Concha, que dan vistas panorámicas del poblado íbero de Orpesa la Vella, así como del puerto deportivo de la localidad.

Este puede ser el comienzo o el final de la ruta, que pasa por la trayectoria que unía las dos localidades en el tren Valencia – Barcelona, una zona que quedó en desuso por no poder cumplir con las exigencias que demandaba el ferrocarril, y que fue recuperada gracias a obras de acondicionamiento como medida de compensación de su impacto medioambiental.