Cartas de ida y vuelta entre Lesbos y Mairena del Alcor: “Es una injusticia que vosotros no viváis bien”

La niña siria Aber (10 años) con el dibujo/mensaje que ha mandado por mail a los alumnos del CEIP Huerta Retiro de Mairena del Alcor (Sevilla)./FOTO:Isaac Pérez

María Iglesias

El campo de refugiados no oficial de Pikpa, creado en 2012, es un referente en la isla griega de Lesbos porque durante años ha acogido a personas especialmente vulnerables -niños no acompañados, familias monoparentales, mujeres y madres maltratadas, enfermos y discapacitados, homosexuales, lesbianas y transexuales- y en una atmósfera inusualmente agradable y humanitaria, dado que sus instalaciones son las de un antiguo campamento de verano y el personal que lo auto-gestiona, todo él voluntario, de griegos y activistas internacionales, vive entregado al cuidado de los recién llegados. 

Ahora, tras la aprobación del pacto Unión Europea-Turquía, han dejado de enviarles refugiados vulnerables que se arrestan como al resto en el campo de internamiento de Moria. Pikpa resiste la amenaza de cierre por el ayuntamiento de Lesbos mediante una campaña on-line de recogida de firmas. Justo, en este contexto, ha aparecido allí una decena de dibujos y cartas de ánimo para niños sirios remitida por escolares del Colegio de Enseñanza Infantil y Primaria (CEIP) Huerta Retiro de Mairena del Alcor (Sevilla). Y el hallazgo ha sido un soplo de respaldo tanto para los menores y sus familias, como para los voluntarios que afrontan días de desánimo.

“Os quiero mucho. Vendré a visitaros cuando crezca y os traeré muchos regalos” -ha contestado en árabe Aber, niña siria de 10 años, cuyo mensaje han traducido los voluntarios a inglés y español, mientras su hermana Zina, de 8 años, ha dibujado un enorme mural en el que a las banderas española y siria les salen manos que sujetan un mismo corazón.

Isaac Pérez, licenciado en INEF, y director en clubes deportivos, que a sus 45 años y tras meses en paro al ver el documental To Kima sobre los rescatadores de Proactiva-OpenArms en Lesbos, se desplazó a la isla a ayudar, ha sido el voluntario de Pikpa que ha contactado por email con el CEIP Huerta Retiro y he “intermediado para que la ilusión con la que enviásteis estos mensajes llegara a los niños que más que nunca necesitan el cariño de todo el mundo”.

En un cálido correo electrónico en que agradece la iniciativa a docentes y alumnos, Isaac Pérez cuenta que tras encontrar las cartas, la coordinadora griega del campo, una traductora y él mismo “intentamos juntar a todos los niños que pudimos, lo que no es fácil, pues son de distintas edades, también de distintos países ya que aquí no sólo hay sirios sino también iraníes, iraquíes, kurdos, afganos y de algún otro país que también huye de sus guerras y miserias”.

El resultado ha sido la respuesta agradecida de niños refugiados a estos alumnos de Mairena del Alcor que la han recibido con ilusión.

“Maestro, ¿qué es lo que pasa?”

“Maestro, ¿qué es lo que pasa?”

Uno de ellos es Moisés Barrera, de 11 años, que en su carta escribió: “Quiero que viváis como nosotros porque es una injusticia que vosotros no viváis bien” y ahora comenta que recibir las respuestas de los niños sirios es “una cosa muy importante para este colegio porque va a quedar grabado lo buenos que son estos compañeros y maestros”.

La idea partió -cuenta Antonio Sánchez, director de este centro con 530 alumnos-, de Raquel Mondaza, miembro de la Asociación de Ayuda al Pueblo Sirio y tía de una alumna de 4º, Elena Mondaza. “Propuso hablar a los alumnos de la situación de los refugiados y vimos interesante incluir su charla en las actividades del Día de la Paz para los alumnos de 4º, 5º y 6º porque ya nos venían planteando: ”Maestro, ¿qué es lo que pasa?, ¿Qué son los refugiados?, ¿Qué les está pasando?, ¿Por qué vienen a Europa y de dónde y cómo?“ -explica Sánchez, que imparte Ciencias Sociales y Naturales-.

Al finalizar el encuentro, la implicación de los alumnos y el hecho de que Raquel Mondaza fuera a viajar a Mitylene (Lesbos) hizo que tomara cuerpo la idea de preparar dibujos y cartas de cariño para los niños refugiados.

La imagen que más impacta y asusta a los alumnos -según cuentan ellos mismos- es la de la llegada a las costas griegas en las precarias barcas. “A mí me daría miedo... ¡Y con tantas personas dentro!” -confiesa Miguel Ángel Jiménez, de 5º-, “Es increíble” -señala Clara Roldán, de 6º-. “Con tanto frío -añade Gema Gavira, de 4º- y luego a seguir hacia otros países, ¡andando!”.

“Yo quise decirles en mi mensaje que cuenten con nuestra ayuda, que espero que salgan de allí y que soy una amiga más” -explica Alba Copete, de 6º-. Su compañero de 5º Fernando Salguero buscó “en el traductor y les puse en árabe que suerte en el viaje y que algún día nos conoceríamos”.

Ahora, que han recibido respuesta, los alumnos del CEIP Huerta Retiro sienten como un triunfo que los menores refugiados sepan que se preocupan de su destino. Pero siguen anhelando una solución. “A mí me parece injusto que una vez que llegan, estén en campos de refugiados y no viajen a países donde vivir con normalidad, porque todas las personas deberíamos tener un hogar” -dice Francisco José Domínguez de 5º. 

“A mí, me gustaría que niñas como Aber y Zina vinieran a vivir a nuestro pueblo -señala Natalia Fuentes-, a nuestro colegio porque así las conoceríamos y ellas conocerían a niños que no están mal, ni tristes”.

Reunidos se embarcan en una tormenta de ideas en la que proponen tanto que alumnos de otros colegios emprendan iniciativas como la suya, como que los adultos donen alimentos o ropa o “se reconstruyan las casas abandonadas -dice Alba Copete, de 11 años- para que los refugiados vengan y vivan a gusto, como estaban en su pueblo”.

Y “se done dinero para que puedan coger aviones” -aporta Moisés, ajeno a que el impedimento no es económico sino político-.

Aprediendo de la realidad

Aprediendo de la realidad

El CEIP Huerta Retiro hace un balance muy positivo de lo que esta iniciativa ha supuesto. “La filosofía de nuestro colegio siempre es que más que enseñar datos descontextualizados, nuestra misión es educar en conexión con la realidad. Somos una herramienta para que los niños aprendan” -explica el director Antonio Sánchez. “Y esta experiencia a los niños les ha llegado mucho: han aprendido geografía al recorrer en los mapas la ruta que siguen los refugiados, se han dado cuenta de la importancia y rapidez de las comunicaciones y, sobre todo, de que quienes sufren no sólo necesitan dinero o comida sino que también se puede ayudar con cariño y apoyo moral”.

Julio Guillén, jefe de Estudios del centro y profesor de Lengua, Matemáticas e Inglés interviene: “Es frecuente que los alumnos se cuestionen la utilidad de toda asignatura y, esta actividad nos está permitiendo, entre otras cosas, que comprueben el sentido de aprender idiomas y en particular el inglés para transmitir y entender ideas y sentimientos”. “Y, cuando los alumnos constatan la utilidad de lo que aprenden -añade Antonio Sánchez- aumenta la motivación para seguir aprendiendo”.

Los profesores de las tres clases de 4º y dos de 5º y 6º que mandaron cartas han leído a los alumnos el mail del voluntario en Pikpa Isaac Pérez, adaptando su contenido a cada curso y les han transmitido su mensaje animándoles a “aprovechar la inmensa suerte que tenéis de estar en colegios que las bombas no han destruido, seguir estudiando y recordar, cuando os hagáis mayores, que de pequeños teníais muy claro lo que era una injusticia. No lo olvidéis nunca, sobre todo si alguno de vosotros va a ser político y llega a tener en sus manos el poder de hacer lo que toca”.

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