Gran Canaria se vuelca con el Rally

Los aficionados agolpados a ambos lados del tramo de Moya a Fontalanes en la salida del Rally Islas Canarias.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

Desde primera hora de la mañana iban llegando hasta Moya, donde tendría lugar el primer tramo que daría salida al Rally Islas Canarias, los coches con los aficionados más madrugadores.

Con gorros, guantes y chaquetones el público se iba agolpando a ambos lados de la carretera, algunos preparando su 'tenderete' con sillas, mesas y comida. La temperatura marcaba 15 grados y del cielo caía un ligero aguacero que a nadie de los presentes parecía importarles.

Ya en el Cenobio de Valerón pudo apreciarse (un jueves por la mañana) que la afición isleña no iba a fallar en un año donde la competición volvía por la puerta grande al ERC, con el piloto de WRC Mard Ostberg como gran cabeza de cartel tras casi empatar con el Rally de México y que conseguía la primera posición para la salida en el Islas Canarias.

A las 11 de la mañana ya todo estaba montado para dar el pistoletazo de salida. El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Aridany Romero, como copiloto a bordo del Ópel Adam de seguridad que abriría el primer tramo, comentaba que “es conocida en Gran Canaria la afición por el fútbol, por el baloncesto... Pero el automovilismo es uno de los deportes al que acuden los aficionados de Gran Canaria en masa a todos los tramos. Y no sólo a este, el más importante, sino en otros campeonatos que se celebran en la isla siempre cuentan con una afición abundante y respetuosa”.

Romero recuerda que de joven fue copiloto y en esta ocasión Luis Monzón, el piloto y organizador de la competición, le invitó a subir a la caravana de seguridad y en el tramo de Moya a Fonatanales “me subo al coche cero con Manolo Acosta, toda una institución en el mundo del automovilismo canario”.

Ante de salir, el concejal de Deportes se aventuró a pronosticar que Kajetanovic era el claro favorirto “a pesar de no haber conseguido el primer puesto en la salida” y sobre Monzón revela que el propio piloto le ha dicho “que no estaba muy contento, aunque bien es verdad que viene de bajarse del Mini World Rally Car y hay una diferencia de casi 60 u 80 caballos y tiene la sensación de que no corre, pero el conocimiento que atesora hace que siempre sea uno de los pilotos que presente batalla”.

El coche cero arrancó sus motores y los aficionados, agolpados en las inmediaciones, alertaban a los despitados que se apartasen de la carretera, que se colocasen en lugares más seguros mientras seguían llegando a pie, gota a gota, más personas para disfrutar del rugir de las bestias de cuatro ruedas.

Móviles o cámaras en mano, con los auriculares o la radio desde el coche encendida, el público ya oía de lejos el motor del poderoso Ford Fiesta R5 de Mard Ostberg. “Ahí llega el Noruego”, se escuchaba entre los aficionados.

El primero en la salida, el joven del World Rally Championship hacía sonar su motor y encendía las luces. “Esta edición es de las mejores, y he estado en muchas. La cantidad de gente que había en el Cenobio de Valeron fue un espectáculo”, comentaba un fotógrafo aficionado que preparaba su cámara para inmortalizar el momento.

El reloj marcaba las 11:30, las nubes no dejaban ver el cielo y seguían cayendo un pequeño aguacero constante que luego causaría ciertos estragos al no preparar las ruedas adecuadas para un asfalto más mojado de lo que preveía. Ostberg arrancaba y la 40 Edición del Rally Islas Canarias comenzaba con una afición, como cada año, volcada con el automovilismo. 

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