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El exjefe de los Mossos dice “no tener suficientes pruebas” para identificar al agente que mutiló a Ester Quintana

El exresponsable político de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, a la llegada a los juzgados

Oriol Solé Altimira

El exdirector general de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, ha asumido por primera vez que Ester Quintana perdió un ojo por una intervención policial, pero no por culpa de los dos acusados ni por una bala de goma. La declaración como testigo de Prat de este lunes no ha servido para aclarar si el escopetero y el subinspector que se sientan en el banquillo son los autores de las heridas de Quintana, tal y como sostienen la Fiscalía y la acusación particular. “No tenemos suficientes pruebas para determinar quién fue el responsable de la lesión de la senyora Quintana”, ha declarado Prat ante el tribunal.

“Me sabe mal. Me gustaría demostrar dónde están las responsabilidades de los agentes”, ha añadido Prat a preguntas de la abogada de Quintana, Laia Serra. En línea con la defensa de los antidisturbios de la furgoneta Dragó 40 acusados, el exalto cargo de los Mossos ha abierto la puerta a que fueran los agentes de otra furgoneta antidisturbios, la Dragó 414, los posibles causantes de los disparos que dejaron sin ojo a Quintana.

Prat ha dicho que hay unas imágenes que muestran que los antidisturbios de la 414 “efectúan unos lanzamientos previos y posteriores a la lesión de Quintana donde no se siguen los protocolos de lanzamiento”. Posteriormente, a preguntas de la defensa, ha precisado que fueron dos disparos de proyectil viscoelástico o 'foam'. La conclusión de Prat: Quintana perdió un ojo por culpa de una intervención policial, pero no se puede saber quién disparo. Además, él aquel día no ordenó disparar ninguna bala de goma.

La defensa de los mossos, tras apuntarlo durante la primera semana de juicio, ha optado definitivamente este lunes por sembrar la duda sobre la furgoneta 414 sin aportar, no obstante, ninguna prueba. El último testigo de este lunes, el conductor de la furgoneta Dragó 40 (la de los acusados), ha explicado que, tras la lesión de Quintana, se reunieron los integrantes de las tres furgonetas -40, 403 y 414- para saber qué había pasado.

El conductor ha asegurado que “no vio” que el furgón 414 le adelantara el 14-N. Según el testigo, además, en aquel encuentro posterior los integrantes de la 414 “dijeron que paramos, que no les dio casi tiempo a desencochar y que no adelantaron”. Los antidisturbios de la 414 declararán esta semana.

Fuera de los Mossos

Prat ya no trabaja al frente de los Mossos d'Esquadra, sinó en el departamento de marketing de una cadena catalana de supermercados. Dimitió de su cargo público el 27 de mayo de 2014, y en aquella fecha aseguró que su renuncia se debía a motivos estrictamente personales y que el caso Ester Quintana no había influido. Sin embargo, a preguntas de la Fiscal, este lunes ha asegurado que el caso Quintana no fue “en exclusiva” lo que provocó su dimisión.

El exjefe policial no ha contestado cuando el juez que preside la sala tercera de la Audiencia de Barcelona le ha inquirido sobre si volvieron a las dependencias policiales todas las balas de goma que habían salido el 14 de noviembre de 2012. “Se pidió un recuento y un informe del material de que había salido”, ha respondido Prat, sin contestar si, al final de la jornada, faltaban o no balas de goma. Prat, como testigo, está obligado a decir la verdad. No obstante, por aquellas fechas no era técnicamente posible hacer un recuento del material que volvía a la sede de los antidisturbios.

Durante la instrucción del caso se desmontaron las seis versiones que Interior llegó a dar sobre lo sucedido. Prat ha reconocido que la investigación policial “no se hizo suficientemente bien”, pero también ha criticado al magistrado que instruyó el caso: “El juez instructor después de las distintas versiones no tiene en cuenta otras versiones que podían ser perfectamente plausibles”.

Mossos fuera de control

Tal y como pasó en la primera semana de juicio, la declaración de Prat ha puesto de manifiesto que el día que Quintana perdió un ojo los antidisturbios de los Mossos estuvieron fuera de control. Así, Prat ha afirmado que aquel día el conocimiento que tuvo de los distintos hechos desde la sala de control de los Mossos fue “absolutamente parcial y no de manera coherente”.

Por si quedaba alguna duda de este extremo, otro testigo, el por aquellas fechas jefe de los antidisturbios, Marc Caparrós, ha explicado que en un primer momento fue informado del lanzamiento de 35 salvas (disparos sin proyectil), pero que posteriormente descubrió que, en realidad, los antidisturbios dispararon 640 salvas. “Alguién había hecho cosas y no me las había comunicado, pero eran salvas”, ha reiterado Caparrós.

El mando policial, al igual que Prat, también ha puesto la sombra de duda sobre los agentes de la furgoneta 414. Así, ha asegurado que algún agente de esa furgoneta “disparó sin ton ni son”. Sin embargo, no fue en el lugar donde Quintana perdió un ojo, sino en la Ronda Sant Pere.

Por su parte, el conductor de la Dragó 40 ha explicado que se ordenaron salvas “antes de bajar de la furgoneta”, por lo que los agentes no pudieron ver con claridad que no había incidentes en la zona donde Quintana perdió un ojo. “Fue un día de los más light”, ha concluido otro antidisturbios que ha declarado como testigo.

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