Nacho Vegas sostiene que “la capacidad de resignación se resquebraja con el tiempo”

El músico asturiano Nacho Vegas ha publicado esta semana su sexto disco, “Resituación”, un álbum que propone nuevas vías de movilización de la población ante la actual situación de crisis y que, según ha dicho a Efe, es consecuencia de que “la capacidad de resignación se resquebraja con el tiempo”.

Según Vegas, “básicamente” hay que resituar “la mirada” pero, en el fondo, en estos momentos hay que poner en duda “casi todo”, lo que considera “una prerrogativa moral”, para lo que utiliza las canciones para “obligarse” a “revisar su mirada”, que “se endurece con los años”, y por ello hay que “limpiarla”.

“Hay que reaprender a ver el mundo porque mirar las cosas de otra manera te hace componer nuevas canciones”, señala el antiguo Manta Ray, que insiste en que “cada uno es su mirada” y eso configura tu personalidad.

“Al componer te desprendes de cierto individualismo pernicioso y cambias porque tienes más amplitud de miras y eres más sensible a lo que te pasa desapercibido”, expone el gijonés, “abierto” a que las cosas le emocionen y que usa libros y discos a diario para que las cosas “le emocionen, le toquen y le revuelvan”.

Con este bagaje y estas premisas, después es esta “situación extrema y dramática” la que se ha colado en las canciones de un disco “de personajes”, donde abandona la habitual primera persona por la tercera para ponerse en la piel de la gente que ve al abrir la ventana.

Y lo que ve es que “siempre estamos indefensos” -el disco se abre con la maravillosa instrumental “Indefensos”-, por lo que hay que ser “conscientes de la vulnerabilidad y de las necesidades de los otros” a partir de preguntarnos “cómo se ha llegado a creer que somos independientes y autosuficientes”.

“Ese individualismo provoca esa indefensión, nacemos con ella y necesitamos a los otros para lidiar con ella”, remacha el compositor de “Actores poco memorables”, que se refiere en “Polvorado” a la protesta violenta con versos como “polvo somos, ya sabemos, y en pólvora nos convertiremos”.

Al respecto, recuerda como anécdota que la trama asturiana del 11M arrancó con un minero, Emilio Suárez Trashorras, “que se reunía con los islamistas en un puticlub llamado Horóscopo” donde, casualidades de la vida, Manta Ray había grabado un vídeoclip.

Un Nacho Vegas ahíto de las grandes urbes en “Ciudad vampira” -versión libre del “Devil town” de Daniel Johnston- y que apuesta por “prender fuego” a todas las ciudades decadentes, salvando únicamente “algún pueblín y todos los de Asturias”, además de defender el cambio social en “Libertariana song” -“tu vida es un horror, ¿por qué no la quieres cambiar?”.

Un disco impregnado de la máxima de que manifestarse y luchar “es una forma de vida” y “lo único que te queda si te agreden” tras años de resignación que ha beneficiado “a los que manejan” el cotarro y ha provocado “desmovilización”, aunque ahora “la resignación se ha tornado en movilizaciones y en nuevas formas de lucha, aún por definir”, para combatir “una maquinaria muy fuerte”.

“No todo puede cambiar de la noche a la mañana, pero han pasado cosas muy importantes en los últimos tres años”, rememora Vegas, que no cree que se trate de un disco “tan político”, aunque admite que “era el momento” y es “necesario”.

“Las canciones nacen de una urgencia y tú no decides la temática”, afirma Nacho Vegas, que no veía en estas once piezas “un disco concepto”, aunque retratar la problemática social le rondaba la cabeza tras discos como “El manifiesto desastre” y “La zona sucia” -todo arranca, confiesa, con el tema “Historia de nunca acabar”, de “El manifiesto desastre”-, lo que se empezó a plasmar en el EP “Cómo hacer crac”.

Y, al contrario de lo habitual, Vegas endurece su posicionamiento con los años porque “la capacidad de resignación se resquebraja con el tiempo, estallas y te radicalizas” y, aunque nunca militó “en nada”, ha seguido un “proceso a la inversa” al vivido por sus amigos de juventud, “ahora más moderados”.

A la espera de iniciar el 10 de mayo en Bilbao la gira de presentación de este disco “coral”, donde cada canción requería “una vestimenta diferente”, con su banda, La Trama Asturiana, Nacho Vegas sigue trabajando en la Fundación Robo, donde con Roberto Herreros -del programa de La 2 “Mapa sonoro”- pone en contacto a artistas con inquietudes políticas y sociales, y acaba de colaborar en el nuevo disco de Lucas 15, proyecto de su anterior guitarrista, Xel Pereda, de actualizar el cancionero tradicional asturiano.