Peralada: Un festival internacional con carácter familiar que cumple 30 años

Hace treinta años que Carmen Mateu, heredera del grupo empresarial Peralada, se “inventó” al calor de la labor filantrópica iniciada por su abuelo alrededor del castillo que le da nombre, un certamen musical que hoy, ya consolidado, presume de ser único: “un festival internacional con carácter familiar”.

Su hija, Isabel Suqué, ha presentado hoy en Madrid, como hiciera en Barcelona el pasado 15, la programación de la edición con la celebrarán este verano los 30 años del Festival Castell de Peralada, que inaugurará el 7 de julio Lang Lang y clausurará el 16 de agosto Simply Red.

“Son 30 años, 30 veranos discutiendo a mediodía dónde sentaríamos a la gente, preocupados por si llovería o no... Lo empezó mi madre, una apasionada de la música clásica aunque no todo era lírica: aquí han actuado Liza Minelli, Sammy Davis Jr o Julio Iglesias”, ha recordado Suqué.

Poco a poco, la cita musical fue creciendo y hace cinco años decidieron mover unos metros el emplazamiento para que el escenario quedara fijo, tanto como su “connotación clásica” y su apuesta por la danza: “no hay ningún festival de estas características en España y son muy pocos los que hay en Europa”, presume.

“Mi madre será hasta que se muera la presidenta porque el festival es ella. Lo seguiremos haciendo pero nunca será un festival de pop. Esto es lo que sabemos hacer”, añade.

El festival, que mantiene precios “de equipamiento público” para lo lírico y “de mercado” para las actuaciones de música pop -entre 30 y 260 euros- está sufragado entre un 40 y un 44 % por la familia, un 30-33 % por la taquilla, un 18 % por las más de 50 marcas que les apoyan y un 5-7 % por subvenciones institucionales.

El presupuesto medio de cada temporada es de 3,6 millones de euros pero para celebrar su 30 aniversario han subido hasta los 4,2 millones.

Para la ocasión, explica el director, Oriol Aguilá, han querido grabar a los artistas que han pasado en este tiempo por el festival y muchos coinciden, dice, en que es “familiar” no solo porque son los Mateu quienes lo promovieron y los Suqué Mateu quienes lo mantienen sino porque “abren su casa, su jardín, y se preocupan de que sus invitados, el público, esté a gusto”.

“Este festival está diseñado para un público que nunca iría a un campo de fútbol, al que le gusta la cercanía con los artistas”, precisa Aguilá.