Quim Gutiérrez reconoce que ha utilizado las redes sociales para ligar

Fin de año en la ciudad y un personaje corriendo. Podría ser Billy Cristal en “Cuando Harry encontró a Sally” o Shirley MacLaine en “El apartamento”, pero esta vez se trata de Quim Gutiérrez, el actor español que más rápido dispara una declaración de amor a cámara, en “Sexo fácil, películas tristes”.

La ópera prima de Alejo Flah, un homenaje a las grandes comedias románticas donde realidad y ficción se mezclan en un metadiscurso a lo Woody Allen, llega este fin de semana a la cartelera y es el pretexto para hablar con Gutiérrez, uno de sus protagonistas, que confiesa a Efe haber usado las redes sociales para ligar.

PREGUNTA: Últimamente te estás especializando en la comedia romántica y en soltar declaraciones de amor a la cámara a la velocidad del rayo.

RESPUESTA: Cuesta imaginar qué resortes se mueven para que a uno lo encasillen más con un género. A mí me encanta la comedia romántica, pero no me imaginaba para nada haciendo más comedia que drama, que es donde yo empecé y el terreno donde me siento más ducho.

En cuanto a lo del habla, supongo que tiene que ver con una coordinación neurolabial privilegiada y capacidad de memoria, poco más.

P: “Sexo fácil, películas tristes” es en sí toda una declaración de amor al género.

R: Sí, tiene algo de esa nostalgia optimista que a mí me gusta mucho. Resulta muy simétrico lo que pienso y lo que emana de la historia: que los claroscuros son necesarios. La película cuenta cómo alguien anclado en un sendero más bien triste pero sencillo y fácil de andar, ve una salida angosta e inestable pero infinitamente más brillante y luminosa. Y en vez de rehuir la oportunidad, la abraza.

P: ¿Has asumido muchos riesgos en tu vida profesional?

R: Lo intento, y a veces con un precio alto de intranquilidad o inestabilidad. Podría parecer extraño decirlo, teniendo en cuenta que he trabajado mucho, que soy un privilegiado, pero aun así, podría haber escogido opciones mucho más sencillas y tranquilas. En cualquier caso, estoy muy contento de mis decisiones.

P: La película, en la que tu personaje es una prolongación imaginaria del de Ernesto Alterio, plantea un juego de conexiones entre realidad y ficción. ¿Puede la vida ser como una película?

R: Una dosis de ficción en la vida es muy útil para cambiar lo que no nos gusta. El personaje de Ernesto -un guionista en crisis- crea una ficción de la cual él se nutre en su vida y acaba cambiando cosas de su entorno. Al final se trata de tomar decisiones. Escurrir el bulto es la mejor manera de envejecer muy pronto. Decidir es la forma de mantenerse al mando. Imaginar, soñar, 'peliculear' en la vida es muy útil para cambiar cosas.

P: Tu personaje, Víctor, conoce a Marina (Marta Etura) en una librería. ¿Aún es posible hoy ligar así o ya sólo nos quedan las redes sociales?

R: Los cambios en los hábitos dan lugar a situaciones distintas, a lo mejor ahora habrá un montón de películas sobre Tinder. Yo celebro esta porque desde que voy a las librerías, estoy más atento. Nunca me ha ocurrido en una librería, pero ahora estoy más atento. Sería maravilloso.

P: ¿Y cuál es el sitio más raro donde te ha ocurrido?

R: (Silencio largo) Es un problema porque cuando trabajas en esto resulta difícil tener rutinas, también para salir. Básicamente son los sitios donde te sientes bastante seguro como para tener tus rituales de seducción. Cuando sales, es complicado. Reconozco que he utilizado redes sociales para ligar. Pero al final es simplemente un entorno distinto. Si tienes una casa llena de libros y ligas en Facebook, es como ligar en una librería ¿no?- Magdalena Tsanis