UGT y CCOO piden la paralización del TTIP y del CETA con una carta a Juncker

Los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez e Ignacio Fernández Toxo, han entregado hoy un escrito en la sede de la Comisión Europea (CE) en Madrid en el que han pedido a su presidente, Jean-Claude Juncker, la paralización de los acuerdos comerciales de EEUU y Canadá con la UE.

En el escrito, ambos sindicatos han mostrado “la exigencia del mundo sindical europeo” para que se abandonen las negociaciones en torno al Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP) y no se ratifique el Acuerdo Comercial entre Europa y Canadá (CETA) por “los efectos tan nocivos” que podrían tener para el conjunto de la sociedad.

En declaraciones a los medios durante la concentración ante la sede de la CE previa a la entrega del documento, Álvarez ha denunciado que los dos tratados suponen “un recorte de derechos muy importante” porque las leyes de los países serán sustituidas por tribunales que “arbitrarán sentencias que serán de obligado cumplimiento”.

Asimismo, ha destacado que influyen sobre la función pública y los servicios públicos “de manera dramática” porque “miles” de ellos “pueden ser privatizados” y sobre el medio ambiente, debido a la autorización de productos tóxicos que en la UE no se pueden utilizar o el fracking.

También ha incidido en que las negociaciones se han desarrollado “de espaldas a los ciudadanos” y ha recordado que lo que se conoce del TTIP se debe a una filtración.

Además, ha dicho que la nueva situación que se da en la UE, con la posición de Francia o Alemania sobre estos acuerdos, debe llevar a la CE a dejar las negociaciones y a iniciar “un proceso diferente” en el que “se vean reflejado los derechos de los ciudadanos”, especialmente de los trabajadores.

Sobre esta cuestión, Toxo ha afirmado que la negociación del TTIP “se viene desarrollando de manera clandestina”, por realizarse de espaldas a la población y los parlamentos nacionales de los países, a excepción de Alemania.

Respecto al CETA, ha destacado que este acuerdo podría ser “el coladero” para las que las multinacionales estadounidenses “campen a sus anchas en Europa”.

En su intervención también ha hecho mención a las diferencias legislativas del ordenamiento jurídico laboral y medioambiental de EEUU y Canadá respecto a Europa y ha afirmado que los modelos sociales que imperan al otro lado del Atlántico “no resisten la comparación” con los europeos.