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La vía Google para evitar lesiones en atropellos: pegarte al capó (literalmente)

Google ha patentado un capó adhesivo para atrapar al peatón en caso de atropello.

Jorge Castro

Google no se fía del todo de sus coches autónomos y aunque anticipen un futuro con menos accidentes, lo cierto es que el ser humano es de todo menos predecible. Por ese motivo y exclusivamente ligado a su vehículo de conducción autónoma, han patentado un sistema de retención, cuando menos, curioso. ¿Recuerdas las tiras adhesivas donde las moscas se quedan pegadas en verano? Pues básicamente la propuesta registrada en el departamento de Patentes y Marcas estadounidense, va en esa línea pero a lo bestia. Todo el frontal del coche estaría cubierto de un material adhesivo de manera que en caso de atropello, el impacto del peatón se viera al menos reducido a la mitad.

Y es que en caso de atropello, la mitad del golpe está bastante bien resuelta desde el punto de vista de la ingeniería. Si te has fijado, el capó de los coches de última hornada está generosamente abultado y su borde de ataque, se encuentra bastante más alto que en los coches de hace diez o quince años. La consecuencia es que casi todos los coches se parecen entre sí vistos de perfil, al tiempo que sale beneficiado el tren inferior de las personas y gran parte del resto de su cuerpo. Así, el primer impacto sucede bien por encima de las rodillas, mientras que el cuerpo y la cabeza se catapultan hacia un capó bajo el cual hay suficiente espacio para la deformación antes de golpearse con el motor, e incluso la cabeza tiene cierto acomodo en la luna delantera. Ford eleva por ejemplo unos grados el capó en caso de atropello, y Volvo ofrece ya un airbag que se despliega justo a la altura de los limpiaparabrisas a tal efecto. Pero no hay nada que evite la siguiente consecuencia de la física: salir disparado en la dirección opuesta del primer impacto. 

Evitar el segundo impacto en caso de atropello

Por lo demás, la tecnología de conducción automática de Google, sigue evolucionando a buen ritmo y hasta la fecha, distintos vehículos propios (el famoso huevo) y de terceros (Lexus y Toyota, mayoritariamente), han recorrido ya más de un millón de kilómetros en total sin incidentes graves. Y de igual forma, en breve se esperan movimientos no solo técnicos sino de mercado, porque este servicio se comercializará a modo de Uber bajo el formato de alquiler selecto. Incluso ha trascendido el precio: alrededor de 18 euros la hora.

¿Cómo quedará un buen pegote de pegamento en el capó de los Google Cars? Seguro que nada mal: Fiat se postula como uno de los principales interesados en materializar el diseño final, sea cual sea, y es sabida la capacidad de sorpresa del gigante de Turín. No descartes las pinturas con acabado terciopelo-glue, porque lo mismo son tendencia.

Esta es la visión de Google sobre su coche autónomo. No lo veas tan lejos, porque está aquí a la vuelta.

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