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El exuberante y divertido Mazda MX-5 RF

El Mazda MX-5 RF mantiene la esencia del MX-5 con techo de lona.

R. T.

Entre los clásicos modernos del mundo del automóvil, ningún modelo ha tenido tanto impacto mediático y comercial como el Mazda MX-5, el descapotable más vendido de la historia (más de un millón de unidades rodando por carreteras de todo el planeta) y cuya leyenda comenzó a forjarse en la década de los 90. Hoy, 25 años y cuatro generaciones después, el roadster japonés está más vigente que nunca.

El mejor ejemplo de ello es su última y exuberante carrocería, MX-5 RF (de sus siglas en inglés, Retractable Fastback). Una versión con techo duro retráctil y formato Targa cuya mayor novedad es que los pilares no desaparecen al descapotarse, configurando un concepto híbrido de cupé y cabrio.

No es nuevo en el sector la apuesta de Mazda. Hay que remontarse a finales de los años 70 para ver por primera vez esta solución estética en un automóvil. Fue en el Jaguar XJS, y en la actualidad un modelo mucho más caro y potente como el Porsche 911 Targa es el mejor embajador moderno de este concepto clásico.

Pues bien, el MX-5 RF conserva el atractivo de la versión original de techo de lona (también denominada Soft Top), a la que por cierto arrasará en ventas. La carrocería de techo rígido sigue siendo pequeña, dinámica, llena de carácter, con propulsión trasera, asientos cerca del eje posterior y una silueta perfectamente reconocible.

La zaga, que es lo más que cambia, mantiene la consistencia en el diseño, es baja y con los pilares B gruesos que bordean la tapa del maletero unido a unas características ópticas traseras que le confieren al nuevo MX-5 RF una bonita imagen de ligereza y agilidad visual que pocos coches poseen.

Con estas modificaciones, una preocupación recorre la cabeza de todo amante de la conducción deportiva: ¿cuánto incrementará el peso y por lo tanto cómo afectará al comportamiento dinámico del coche? En el caso del MX-5 RF, Mazda ha utilizado en su nuevo techo aluminio, plástico y acero para incrementar el peso en solo 45 kilogramos. Es más, este sobrepeso mejora sensiblemente la rigidez torsional (aunque es justo decir que la diferencia es inapreciable para el 99% de los conductores).

Por dentro no cambia nada, ni siquiera el espacio de maletero al descapotar, fijándose en 127 litros, suficiente para dos pequeñas maletas.

En el habitáculo, una pantalla TFT de 4,6 pulgadas en el cuadro de instrumentos y un botón en la consola irrumpen como novedades. Ambas relacionadas con el tipo de carrocería, la primera muestra una animación del estado del techo y el segundo corresponde al accionamiento automático del techo -en el MX-5 es manual-, que puede realizarse en marcha -si no se supera los 10 km/h de velocidad-, completándose el proceso de cierre o apertura en 13 segundos.

Los motores disponibles con el MX-5 RF son los mismos que en el MX-5, es decir, de gasolina, sin turbo, y 2.0 litros y 160 caballos ó 1.5 de 131. El de mayor cilindrada, además de más potente, entrega el par en una banda más amplia de revoluciones, lo que se traduce en unos mejores bajos que le permiten acelerar con más brío desde menos vueltas del motor. Como gran novedad, el 160 CV puede asociarse con un cambio automático de seis marchas, aunque el manual -también de seis velocidades- es ideal por su tacto deportivo.

Y no bebe más de la cuenta, con un consumo ajustado impensable para un coche de su linaje: entre 7 y 8 litros a los 100 kilómetros, según la conducción practicada.

La puesta a punto del chasis de este MX-5 RF garantiza la misma agilidad y diversión que el MX-5 roadster. Para conseguirlo, los ingenieros han contenido el peso (1.090 kilogramos en total; sus potenciales rivales pesan, como mínimo, 300 kg más) y han revisado a fondo suspensiones, dirección y frenos. Apoyado en su reducida longitud (3,91 metros) y su bajísimo centro de gravedad, encontrar sus límites y controlarlos es tan divertido como sencillo.

Con estas dimensiones, lógico, no todo van a ser alegrías. El copiloto cuenta con un escaso hueco para las piernas por culpa de la estrechez resultante bajo la zona de la guantera, rozando fácilmente con sus rodillas en aquélla. Por lo demás, el confort de marcha es bueno para un coche de su orientación deportiva. El aislamiento de la cabina es notable, tanto capotado o descapotado; y las suspensiones son compatibles con un uso diario por ciudad.

El MX-5 RF arranca en un precio de 25.500 euros, esto es, 4.000 euros más que la versión equivalente Soft Top. El MX-5 RF de 160 CV, con el nivel de equipamiento más completo (Luxury) y el pack deportivo (Sport Twin) alcanza los 31.800 euros, precio que incluye unas suspensiones deportivas Bilstein.

El toque más exclusivo y caro (35.990 euros) lo pone el MX-5 RF Ignition, una nueva versión especial que combina el color exterior Soul Red con el techo en tono Piano Black y unas llantas de aleación BBS de 17 pulgadas. Mientras que en el interior destacan sus asientos Recaro y el revestimiento del salpicadero y las puertas en Alcántara, además de un equipo de Sonido Bose con nueve altavoces.

En definitiva, coche divertido, original y a un precio no desorbitado que no encuentra comparación en el mercado.

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