Recorrido por la Euskadi de Juego de Tronos

Playa de Muriola (Barrika, Bizkaia).

Elisabeth G. Iborra

  • Con el estreno de la nueva temporada de Juego de Tronos, planteamos una ruta por los escenarios vascos donde recaló la conocida serie de HBO para filmar parte de sus nuevas entregas

Sin duda, los localizadores de Juego de Tronos son unos profesionales que no eligen los paisajes por azar, sino que buscan concienzudamente la belleza de los parajes en los que van a situar a sus protagonistas, para que no desentonen.

Euskadi para eso es idílico en todos los sentidos. Empezando por Gipuzkoa, porque la playa de Itzurun es para plantarse y quedarse a vivir. ¿Te imaginas que se cae un acantilado y se queda de lado, como apoyando la cabeza sobre la almohada? Bien, pues eso son más o menos los flysch, acantilados verticales de unos 150 metros de alto en piedra caliza que se han ido erosionando a lo largo de miles de años creando un paisaje verdaderamente místico. Las calas de arena fina que se forman cuando hay bajamar dan para enamorarte si vas en compañía, ojo porque si te tomas un vino en el chiringuito y luego vas al spa de talasoterapia, te plantas. Si no, puedes practicar surf, piragüismo o bodyboard en las rampas de la playa de San Telmo.

Después de ahí, Jon Nieve, Khaleesi and Co. se dieron el homenaje en el restaurante del mítico y extraordinario cocinero vasco Juan Mari Arzak. Pon la mano en el fuego a que no les tratará a ellos mejor que a ti, es vasco, de estar por casa a pesar de su maestría.

Como después del ágape de lujo sólo tendrás ganas de teletransportarte, alójate en Donosti. Seguramente tu bolsillo, para compensar el regalazo del Arzak, agradecerá un respiro de un alojamiento barato: Cualquier chef te aplaudiría si, después de comer como un rey en su casa, te fueras a dormir al camping de Igara, una gozada en pleno pulmón verde donostiarra. Porque la vida es cuestión de contrastes… y tú no eres el productor de Juego de Tronos.

De Gipuzkoa a Bizkaia

Después de dar una vuelta por San Sebastián y un chapuzón en la Concha, como el mar da hambre, el equipo de tu serie preferida se pasó por el restaurante de Martín Berasategui, que está en un caserío renovado en Lasarte y tiene su propia huerta de hortalizas y vegetales. Prepárate psicológicamente para alucinar, porque su cocina no deja indiferente, y sus postres, menos.

Y de ahí, hacia la costa vizcaína, donde el sentido de la vista se vuelve loco en cuanto entra por la reserva del Urdaibai y el coche va desplazándose en un “Me gusta conducir” continuo, hasta que divisas el montículo de San Juan de Gaztelugatxe y sólo deseas saltar del coche y tocar la punta con tus deportivas.

Las vas a necesitar para transitar por la escalera desde la península hasta la ínsula, pero, de verdad, aunque sea reptando, no te lo pierdas. Cuando llegues, tu huella se unirá con la de San Juan Bautista, dicen que da buena suerte, sobre todo si tocas la campana de la ermita tres veces y pides un deseo. Y si la superstición no es lo tuyo, disfruta de las vistas con sus acantilados, sus túneles y sus arcos enfrentados al oleaje del Cantábrico que tan buenos ratos te pueden hacer pasar en Mundaka surfeando la mejor ola izquierda de Europa. Pero tienes otras muchas playas, desde Bakio hasta Laida.

Para dormir por la zona, tus amiguitos se hospedaron en el Hotel Castillo de Arteaga, una torre neogótica de piedra caliza y mármoles de Ereño ubicada en el corazón de la Reserva de Urdaibai.

Muriola y Bilbao te esperan

Al día siguiente, te espera Muriola para desnudarte. Porque si fueron los actores de Juego de Tronos, tú no vas a ser menos. También llamada La Cantera, esta playa salvaje a 10 minutos del casco urbano de Barrika se sitúa en una pequeña ensenada protegida por acantilados de locura. Haga bueno o nublado, siempre puedes entretenerte haciendo submarinismo, surf y escalada.

Como ya lo habrás quemado todo, volvemos a comer, que es el deporte nacional más allá del levantamiento de piedras o la pelota vasca, en el restaurante en el que estuvieron los protagonistas de la serie de moda. El restaurante Mina se sitúa frente a la ría Nervión y el mercado de La Ribera de Bilbao, y su menú degustación es una gran muestra de la gastronomía vasca. También te puedes hacer tu propia degustación de pintxos por las 7 Calles del Casco Viejo regándolos con sidra o txakolí.

Para dormir, tus ídolos se hospedaron en el Carlton, un cinco estrellas en un edificio que es monumento arquitectónico, histórico, artístico y cultural.

El día siguiente no dudes en dedicárselo a Bilbao, una joya restaurada y cosmopolita. La ría es ahora un paseo perfecto y luminoso que puede pausarse con una visita al Guggenheim Bilbao. Y después, a ponerle la guinda al festín gastronómico al restaurante Nerua, donde Josean Alija da el do de sí con los vegetales en una combinación del purismo con el vanguardismo en cuanto a aromas, texturas y sabores.

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