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Análisis Dishonored: Definitive Edition, de vuelta a los bajos fondos de Dunwall

Dishonored: Definitive Edition

Daniel Moreno

No pocos pensamos que Dishonored es, sin lugar a dudas, uno de los mejores videojuegos de 2012 y posiblemente de los últimos años por ofrecer al usuario una jugabilidad completa y variada gracias a la cual se pueden cumplir los objetivos de múltiples maneras, y una cuidadísima ambientación potenciada por un peculiar apartado artístico que fue capaz de conquistar nuestros corazones.

Y no, tampoco somos pocos los que de vez en cuando seguimos bajando a los callejones de Dunwall a la caza de ricachones, nobles engreídos y supuestos adalides de la moralidad; sellando su destino con el filo de nuestro cuchillo, con un certero disparo de ballesta o, si nos viene en gana, perdonándoles la vida en un inconmensurable gesto de piedad. Esa es precisamente la magia de este juego, que aún tres años después de su lanzamiento en PC, Xbox 360 y PS3 sigue siendo sumamente atractivo.

Durante el pasado E3 su estudio responsable y su editora, Arkane y Bethesda respectivamente, confirmaron lo que muchos esperábamos ansiosamente, el desarrollo de una secuela que sea capaz de elevar aún más el listón. Y para que podamos ir abriendo boca, también presentaron la Dishonored: Definitive Edition que hoy nos ocupa, una remasterización del original para la nueva generación.

Ahora bien, en una época en la que las remasterizaciones y las reediciones surgen como setas, ¿ofrece Dishonored: Definitive Edition lo necesario para destacar?

Ya lo hemos dicho, a nivel de ambientación, de historia y de narrativa Dishonored es una joya. Por ello muchos de nosotros seguimos rejugándolo una y otra vez y por ello todo aquel que no lo haya probado debería estar obligado a hacerlo por decreto ley. En Dishonored encarnamos a Corvo, un curtido guardaespaldas de la emperatriz que se ve traicionado por aquellos que ansían hacerse con el poder. La emperatriz es asesinada ante sus ojos y ante lo de su propia hija, la legítima heredera al trono. La niña, Emily, es secuestrada y Corvo es culpado de asesinato, secuestro y condenado a muerte.

Sí, se trata de una historia de traición y de venganza en un universo que mezcla magistralmente lo victoriano con lo steampunk, reflejando diferencias abismales entre las clases pobres y los ricachones. Mientras que las calles de la ciudad están infestadas de ratas y la peste negra consume a la población reduciéndola a la nada de la forma más miserable; los nobles, los dirigentes, los grandes mercaderes y la alta clase eclesiástica van de fiesta en fiesta, de banquete en banquete, nadando entre los mayores excesos imaginables.

Nuestro papel será pues escapar de la prisión y darles caza, vengar a la emperatriz y a nuestra propia persona cometiendo brutales ejecuciones. Ahora bien, la obra de Arkhane Studios destacó por permitir que cada jugador eligiera su camino, y en nuestra mano estará el culminar nuestros planes de venganza o bien el ofrecer redención a nuestras presas. Hagamos lo que hagamos, la figura de Corvo seguirá creciendo, causando pavor entre una alta sociedad que ya no puede vivir tranquila.

Pero lo mejor como decimos es que para llegar a cumplir nuestros objetivos cada jugador puede elegir su forma de hacerlo. En nuestra mano está el atacar frontalmente utilizando los maravillosos poderes ofensivos de Corvo, como hacer que surjan manadas de ratas devoradoras del suelo o teletransportarse junto al enemigo con el cuchillo preparado, o bien tratar de pasar completamente desapercibido, escabulléndonos entre las sombras y plantando todo tipo de trampas para eliminar a los guardias uno a uno. Gracias a los poderes y los gadgets de los que disponemos y al gran diseño de los escenarios, cuidado al extremo para permitir múltiples recorridos, Dishonored se convirtió en una experiencia profunda, altamente rejugable y muy fresca en una época en la que este tipo de propuestas no abundaban.

Ahora bien, todo lo que ya hemos comentado refleja lo que era y lo que sigue siendo Dishonored. Ciertamente sus mecánicas se conservan intactas, con la misma frescura, cuadrando a la perfección con el conjunto del juego. Pero entonces, ¿qué ofrece de nuevo esta remasterización? Pues por desgracia poco, muy poco. Casi no hay aliciente alguno para que todo aquel que tenga el juego original se vea motivado a dar el salto, y menos aún si cuenta con la versión de PC.

Sí, se agradece mucho que dentro de la Definitive Edition podamos encontrar los tres contenidos descargables lanzados a posteriori, Dunwall City Trials, El Puñal de Dunwal y Las Brujas de Brigmore, más aún a sabiendas de que con ellos podemos ampliar la maravillosa historia narrada por el original. Ahora bien, más allá de esto, que por otra parte es lo mínimo en una ‘Definitive Edition’, sólo encontramos la mejora en la resolución hasta alcanzar los 1080p, algo que como es lógico ya estaba en la versión de ordenador.

Y luego está el tema de que hay remasterizaciones y remasterizaciones. Queremos decir que no nos vale con subir simplemente la resolución, más aún cuando al hacerlo se pueden dejar en evidencia las carencias de un título que, no nos engañemos, nunca fue un titán gráfico. Por eso hay remasterizaciones que mejoran significativamente las texturas, que introducen nuevos filtros o que ofrecen una iluminación digna de los tiempos que corren, pero Dishonored: Definitive Edition no es el caso. Ni siquiera es capaz de funcionar a 60fps, otro mínimo a exigir. Para rematar la faena nos encontramos con unos tiempos de carga incomprensiblemente largos para un juego de 2012 que está corriendo en unas consolas tecnológicamente muy superiores a PS3 y 360.

Lo mejor:

  • Ofrece la posibilidad de redescubrir uno de los mejores juegos de los últimos años. Sus mecánicas jugables, su ambientación, su dirección artística, su trama… todo sigue siendo una delicia.
  • Ahí están los tres DLC, ideales para sumergirnos aún más en este rico universo steampunk.

Lo peor:

  • Como remasterización ofrece lo justo. Técnicamente sólo presenta el incremento a los 1080p, lo cual es un arma de doble filo si no se potencian otros tantos elementos como las texturas, la iluminación, etcétera.
  • Siendo la joya que es echamos en falta muchos más extras más allá de los DLC. Queremos artes, desbloqueables y cualquier otra cosa que nos permita saber más sobre Dishonored y sobre el estudio que se sacó este magnífico universo de la chistera.

Conclusiones

ConclusionesAnálisis Dishonored: Definitive Edition, de vuelta a los bajos fondos de Dunwall

En definitiva nos encontramos ante una ocasión única para que todo aquel que no se sumergirá en su día en el universo de Corvo Attano y compañía lo haga ahora en mejores condiciones, o al menos en las mismas condiciones que en la versión ya vista en PC en 2012. Tecnológicamente hablando no hay nada en esta Definitive Edition que motive al usuario de PC a probar esta nueva versión, y ciertamente tampoco en el caso de los de PS3 y 360, ya que la única mejora evidente es un salto en la resolución que sí, nos permite ver todo con mayor definición, pero también saca a relucir las carencias del título original. Sencillamente, ha faltado trabajo.

Por lo demás, en cuanto a contenidos, se agradece el hecho de que cuente con los tres DLCs lanzados en su día, que además, en particular El Puñal de Dunwal y Las Brujas de Brigmore, destacaron por ofrecer historias paralelas que nos permitían conocer en mayor profundidad este universo. Pero pensamos que esto es lo mínimo que se puede esperar de una Definitive Edition, y que teniendo en cuenta la joya que es Dishonored podrían haber ofrecido muchos más extras para deleitar a los fans.

En definitiva, lo vemos como una ocasión tristemente desaprovechada. Dishonored es un gran juego, un juegazo con todas las letras, y creemos que, aunque esta remasterización no era en absoluto necesaria, se podría haber hecho mucho mejor.

Pero en fin, lo importante es que Dishonored 2 ya está en camino, ¿verdad? ¡Se nos hace la boca agua!

Por: Daniel Moreno

Análisis Dishonored: Definitive Edition, de vuelta a los bajos fondos de Dunwall

08/28/2015

7 / 10 estrellas

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