Agotan vías legales para frenar pena capital de tres mexicanos en Malasia

México “ha agotado todas las vías legales” para evitar la condena a muerte de los hermanos González Villarreal, acusados en Malasia de producción y tráfico de narcóticos, informó hoy la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

El próximo jueves se llevará a cabo la última audiencia judicial del caso, cuyo objetivo será “escuchar los argumentos de la defensa sobre el último recurso de apelación que presentó en diciembre pasado ante la Corte Federal de Malasia”, indicó la cancillería mexicana en un comunicado.

Los hermanos Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal fueron detenidos en marzo de 2008 y sentenciados a la pena capital en mayo de 2012.

Desde la detención de los connacionales y a lo largo de su proceso judicial, la SRE y la embajada de México en Malasia les ha brindado protección y asistencia consular, destacó cancillería.

Entre ellas, se realizaron múltiples visitas en los centros de detención y gestiones en favor de su salud y de mejores condiciones de reclusión, y se informó y apoyó a la familia González Villarreal en México para que pudieran viajar al país asiático, detalló-

Con respecto a la asesoría legal, la SRE contrató los servicios de un abogado consultor que apoya a la embajada de México en Malasia para garantizar un adecuado seguimiento del proceso, así como los de un penalista con el fin de coadyuvar en la labor de defensa de los letrados elegidos por los propios hermanos Villarreal.

En el ámbito político, se han realizado gestiones ante autoridades malasias de diferentes niveles, tanto en México como en Malasia, a las que se les ha expresado reiteradamente la posición de México contra la pena capital, señaló la cancillería.

Los tres hermanos fueron detenidos el 4 de marzo de 2008 junto a un ciudadano malasio y otro singapurés en una redada realizada por la Policía en la ciudad de Johor.

En la operación, los agentes de la brigada antinarcóticos decomisaron unos 29 kilos de metanfetamina, un alijo valorado en 15 millones de dólares.

El 17 de mayo del 2012, el magistrado Mohamed Zawawi Saleh del Tribunal Superior, conocido por el apodo del “juez soga”, halló culpables a los tres hermanos mexicanos y los dos cómplices y los sentenció a morir en la horca.

Posteriormente, la defensa acudió al Tribunal de Apelaciones, que ratificó la sentencia a la pena de muerte el 14 de agosto de 2014.

Ante estos hechos, se acudió al recurso de revisión del caso ante la Corte Suprema Federal, máxima instancia judicial en Malasia.

Como último recurso, los tres imputados podrían solicitar el perdón real para escapar de la pena capital.