La Fiscalía pide 5.000 euros al líder de extrema derecha Wilders por incitar al odio

La Fiscalía holandesa pidió hoy condenar al líder de extrema derecha Geert Wilders a pagar una multa de 5.000 euros por decir en 2014 que “se encargaría” de que hubiera en el país “menos marroquíes”, lo que le ha valido un juicio que explora los límites entre la libertad de expresión y la incitación al odio.

Según el Ministerio Público neerlandés, Wilders fue demasiado lejos porque con sus palabras denigró a una minoría étnica, la de los marroquíes que viven en Holanda.

Los fiscales calificaron sus declaraciones como “innecesariamente ofensivas”, teniendo como agravante que llegaron fácilmente a “jóvenes impresionables” al hacerse en el contexto de unas elecciones, las municipales de marzo de 2014.

Los hechos juzgados ocurrieron en una cafetería de La Haya, cuando Wilders preguntó a los asistentes si querían que hubiera más o menos marroquíes tanto en la ciudad como en el conjunto del país. “¡Menos, menos!”, gritaron animados sus seguidores. “Nos encargaremos de ello”, respondió Wilders.

El fiscal Wouter Bos aseguró que este episodio ha tenido consecuencias en la sociedad y explicó casos concretos.

Por ejemplo, se ha repetido tanto en “la calle” como en “patios de colegio”, donde adultos y niños de origen marroquí han vuelto a escuchar las mismas palabras, especialmente el “¡Menos, menos!” por parte de ciudadanos de a pie en incluso de compañeros de colegio.

Las palabras del líder de extrema derecha son un “mensaje de odio” porque el líder del Partido de la Libertad “quiere hacer una separación entre los holandeses y los extranjeros”, concluyó la otra fiscal del caso, Sabina Van Der Kallen.

El Ministerio Público también leyó algunas de las 6.400 denuncias que Wilders recibió en las comisarias días después de sus palabras.

Estas fueron hechas por personas que, según dijeron, se sintieron discriminadas por las declaraciones del líder del PVV.

Ni Wilders ni su abogado, Geert-Jan Knoops, estuvieron presentes durante la sesión de hoy. El líder de extrema derecha sí reacciono a través de su cuenta de Twitter compartiendo una petición en línea para que sea absuelto.

Por otro lado, diputados del PVV desplegaron hoy durante una sesión del Parlamento holandés una pancarta en la que se mostraba a Wilders con una cruz roja sobre la boca, denunciando la supuesta carencia de libertad de expresión que su líder está sufriendo.

No es la primera vez que el político es juzgado por incitación al odio. En 2011 se enfrentó a los tribunales por proponer la prohibición del Corán y decir que el islam “es una ideología peligrosa para los valores occidentales”.

En aquel momento, el Ministerio Público pidió su absolución al considerar que sus declaraciones formaban parte de la libertad de expresión.

Aunque los jueces definieron sus palabras como “chocantes”, coincidieron con los fiscales y consideraron que sus críticas no iban dirigidas contra los musulmanes, sino contra el islam en general.

El actual proceso tiene matices diferentes porque, con sus declaraciones de 2014, Wilders pudo incitar al odio contra una minoría étnica y no solo contra una religión.

Holanda celebra elecciones generales en marzo de 2017 y, de momento, el PVV es el partido que más apoyos tiene según una encuesta publicada el pasado fin de semana.

Obtendría 29 escaños en una cámara de 150, no alcanzando el 20 % del voto, por lo que necesitaría la colaboración de al menos otros tres partidos para llegar al poder.

Aunque sus apoyos son altos, están lejos de los 39 diputados que algunas encuestas le pronosticaban a principios de año.

No obstante, Wilders quiere sacar rédito del éxito del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

El político holandés le mostró su apoyo hace meses y ha tomado prestado su eslogan de campaña, transformándolo en “Hagamos grande Holanda otra vez”.

David Morales Urbaneja