HRW alarma sobre el creciente número de refugiados menores en celdas policiales

El número de niños migrantes no acompañados detenidos en cuarteles de la policía griega a la espera de ser trasladados a centros de acogida ha aumentado de forma alarmante, según denuncia la organización humanitaria Human Right Watch (HRW).

En una carta enviada al ministro griego de Migración, Yannis Muzalas, el director de HRW para Europa y Asia Central, Hugh Williamson, insta al Gobierno a tomar “medidas urgentes” para reducir el número de menores no acompañados en régimen de custodia policial.

De acuerdo con el Centro Nacional de Solidaridad Social, el 19 de julio había un total de 117 niños en celdas de la policía griega a la espera de ser trasladados a lugares adecuados, lo que contrasta con los dos menores que había en esta situación en noviembre de 2016.

“En lugar de obtener los cuidados necesarios, decenas de niños están encerrados en celdas de la policía repletas y sucias o en otros centros de detención en Grecia, en algunos casos sin familiares a su lado”, denunció la representante de HRW en Grecia, Eva Cossé, en un comunicado difundido hoy.

“El gobierno griego tiene la obligación de poner fin a esta práctica abusiva y asegurarse de que estos niños vulnerables reciban la atención y la protección que necesitan”, añadió.

Este tipo de praxis contraviene las leyes internacionales y también la legislación griega que estipula que estos niños deben ser trasladados a un alojamiento seguro, lo que no ocurre por la escasez de instalaciones adecuadas, añade la ONG.

Esto lleva a que los menores refugiados se vean obligados a permanecer semanas o incluso meses detenidos, en condiciones de hacinamiento e insalubridad.

Mientras están retenidos en comisarías, estos niños no solo apenas tienen acceso a servicios básicos, sino tampoco reciben información sobre sus derechos o lo que deben hacer para solicitar asilo político, lo que lleva a que se produzcan muchos casos de ansiedad.

En otro informe, publicado el pasado 20 de julio, HRW denunció que, precisamente por miedo a ser retenidos bajo custodia policial, muchos menores se hacen pasar por mayores de edad para ser transferidos directamente a centros abiertos, lo que los hace mas vulnerables a la violencia, explotación y abuso.

En su misiva, Williamson insta a Muzalas a tomar medidas urgentes para encontrar alternativas y cumplir así con la legislación griega, según la cual la detención solo debe ser el último recurso y por el período más breve posible.

Mientras se crean los suficientes alojamientos, las autoridades deben trasladar inmediatamente a los niños a instalaciones provisionales, por ejemplo en espacios seguros dentro de los campos de refugiados, sostiene Williamson.

Human Rights Watch sostiene además que la decisión de la Comisión Europea de transferir de las ONG al Gobierno griego la financiación y gestión de estos grupos vulnerables entraña el riesgo de empeorar aún más la situación y de momento supondrá el cierre de cinco centros de acogida para niños no acompañados en Grecia.