Inconsciente el exreo de Guantánamo refugiado en Uruguay en huelga de hambre

Jihad Diyab, uno de los seis refugiados del penal de Guantánamo acogidos por Uruguay y en huelga de hambre hace alrededor de un mes, entró hoy en estado de inconsciencia tras desmayarse y recibió atención médica, a lo que se negaba desde el sábado pasado, según activistas.

Este refugiado sirio, que no ingiere alimentos desde hace un mes y líquidos hace alrededor de una semana, busca que los gobiernos de Uruguay y Estados Unidos intercedan para que se pueda reunir con su familia en otro país, preferentemente árabe.

El Grupo de Vigilia por Jihad Diyab, un colectivo de activistas allegado al exrecluso, publicó hoy en las redes sociales que médicos de la Salud Pública uruguaya “le aplicaron suero para hidratarlo”.

De esta manera, los doctores siguen el “protocolo médico que indica que, si el paciente pierde el conocimiento, su doctor tiene la potestad de decidir por él qué medidas de urgencia tomar para salvarle la vida”.

“Lo estabilizaron y permanece con internación domiciliaria, por lo menos hasta nuevo aviso. Apelamos más que nunca a la solidaridad del pueblo uruguayo y a la solidaridad internacional. Su estado de salud empeora drásticamente”, indicó el grupo.

El refugiado sirio se negó el pasado sábado a recibir asistencia médica oficial, debido a un altercado que mantuvo con el hospital en el que fue ingresado, pues presuntamente, según los activistas, se le quiso mantener incomunicado.

Los posteriores controles los llevó a cabo un doctor del colectivo y miembros del Sindicato Médico del Uruguay, con el que el grupo estableció contacto ante la negativa de Diyab a recibir atención de médicos del Estado.

En estos momentos, un grupo de médicos tanto de la Salud Pública como del Sindicato Médico se encuentra en el domicilio del refugiado.

Por su parte, el vicecanciller de Uruguay, José Luis Cancela, afirmó hoy ante la prensa que el titular de la cartera de Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, “está preocupado” por la situación del refugiado, por lo que lleva a cabo gestiones para alcanzar una solución.

Afirmó que el canciller -actualmente en Nueva York, en preparación de la visita del presidente del país, Tabaré Vázquez, para la Asamblea General de las Naciones Unidas- está intentando al “más alto nivel” que otros países accedan a acoger a Diyab, a fin de satisfacer en lo posible sus reivindicaciones.

“Lamentablemente hasta el momento no hemos tenido ninguna respuesta positiva”, indicó Cancela.

El pasado viernes, Diyab hizo saber a la prensa que su estado de salud era delicado y denunció la responsabilidad en ello de Uruguay y Estados Unidos.

“Mi situación de salud está muy precaria, estoy mal, mi energía está muy baja y yo responsabilizo personalmente al Gobierno de EE.UU. y también al de Uruguay si yo muero”, manifestó el sirio.

Diyab abandonó el país a mediados de junio y a fines de julio se presentó en el Consulado uruguayo en Caracas, donde pidió ser trasladado a un tercer Estado distinto a Uruguay para reunirse con su familia, pero a la salida de la sede diplomática fue detenido por las autoridades venezolanas y deportado a Uruguay semanas después.

Junto a otros tres sirios, un tunecino y un palestino fueron acogidos en Uruguay en diciembre de 2014 como parte del compromiso del entonces presidente uruguayo, José Mujica, de colaborar con su homólogo estadounidense, Barack Obama, en el plan de cierre del penal de Guantánamo.