Poveda ve “maravillosa” su incursión en el cine, pero prefiere cantar

El cantaor Miguel Poveda ha declarado hoy que su incursión en el cine, bajo la dirección del recién fallecido Bigas Luna, ha sido “maravillosa” y ha reconocido que lo que le gusta es la interpretación, “pero en el escenario, cantando”.

Es lo que hará Poveda el próximo sábado, a las 20:30 horas, en el Centro Cultural Oscar Niemeyer, de Avilés, en un espectáculo con un repertorio del cante más tradicional y con el estilo personal del artista barcelonés.

En el mundo del cine ha participado como actor en “La teta y la luna” de Bigas Luna, e intervenido musicalmente en “Fados” y “Flamenco, Flamenco” de Carlos Saura y en la banda sonora de “Los abrazos rotos”, de Pedro Almodóvar.

“La experiencia con Bigas Luna fue maravillosa pero, honestamente y afortunadamente, en este país hay actores de un nivel grandísimo y nunca me he planteado hacer una carrera cinematográfica”, ha manifestado a Efe el cantante.

En la primera parte del espectáculo que ofrecerá en Avilés no faltarán temas de “arteSano”, trabajo por el que obtuvo el Disco de Oro tan sólo una semana después de su lanzamiento.

En la segunda parte, con la colaboración Joan Albert Amargós al piano, interpretará, entre otras, canciones de su trabajo “Coplas del querer”.

Para el concierto de Avilés también prepara “alguna sorpresa” de su próximo trabajo que el público asturiano conocerá en primicia, según ha adelantado el artista, que afronta con ilusión su primera aparición la ciudad y en el Centro Niemeyer.

En el concierto de Avilés estará acompañado por algunos de los mas destacados músicos del panorama flamenco actual, como el mencionado Amargós; José Quevedo “Bolita” y Manuel Parrilla, a la guitarra; Paquito González, en la percusión, y Carlos Grilo y Luis Peña “Cantarote”, a las palmas.

Miguel Poveda actuó en los principales festivales de música, nacionales e internacionales y cantó en escenarios como el Teatro Real de Madrid, el Liceo de Barcelona, el Carnegie Hall, el Lincoln Center de Nueva York o el Auditorium Parco della Musica de Roma.

“Son lugares de mucho reto porque por allí han pasado figuras muy grandes de la música y cuando uno llega a esos escenarios tiene el compromiso de dejar la música flamenca a la altura, y que la vean con el respeto que se merece”, ha comentado.