Tabaré Vázquez se despide de Francia abogando por una ciencia más humanista

El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, abogó hoy por colocar la ciencia al servicio del desarrollo humano en el acto de clausura de su viaje oficial en Francia, antes de poner rumbo a Japón.

“De poco sirve que avancen unos pocos cuando muchos se quedan en la retaguardia”, lanzó el político uruguayo y médico de formación en un discurso ante la tricentenaria Academia de Ciencias del Instituto de Francia, donde ironizó sobre lo mucho que “se parece este mundo a un hospital psiquiátrico gestionado por sus propios pacientes”.

Vázquez explicó que los mismos valores fundamentales le llevaron a convertirse en un especialista en oncología y radioterapia son los que le condujeron a la vida política, al tiempo que reivindicó el derecho de toda la población mundial a beneficiarse de los avances científicos.

El político, de abuela francesa, citó al escritor renacentista galo François Rabelais, quien consideraba que “la ciencia sin consciencia es la ruina del alma”.

“Tenemos que avanzar todos”, insistió el mandatario uruguayo, que centró su discurso en los que él considera los grandes desafíos de la ciencia y la política: el cambio climático y la lucha contra el cáncer.

Sobre el primer punto, se mostró optimista de cara a que se alcance un acuerdo internacional para limitar el calentamiento climático a lo largo de la cumbre del clima COP21 que se celebrará del 30 de noviembre próximo al 11 de diciembre en París.

“Lo que está en juego es (...) la sostenibilidad del planeta Tierra”, dijo Vázquez, que sustentó sus esperanzas de llegar a un consenso “en la sensatez del ser humano”.

Respecto a la lucha contra el cáncer, una enfermedad que causa la muerte cada año de más gente que la Primera y la Segunda Guerra Mundial juntas, dijo, centró sus esfuerzos en el combate contra el tabaquismo, principal factor causante del cáncer de pulmón y “la pandemia más brutal de la historia de la humanidad”.

Su emotivo discurso, pronunciado ante una institución fundada en 1666 y en una sala donde le observaban bustos y retratos de históricos intelectuales franceses como Rousseau, Montesquieu, Poussin, Moliére o Lagrange, puso fin a una visita de cinco días a Francia.

El punto álgido de la misma fue la entrevista que Vázquez tuvo con su homólogo francés, François Hollande, que sirvió para renovar las relaciones bilaterales entre ambos países.

“Es nuestro deber afianzar, profundizar y expandir hacia el futuro esa relación. Son muchas las coincidencias en principios y valores, muchas las acciones comunes entre ambos países”, aseguró Vázquez, que agradeció a Hollande el apoyo de Francia a la ambición de Uruguay de ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU a partir de 2016.

El presidente uruguayo también se reunió con representantes de varios organismos internacionales con sede en París, como la agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCED).

Vázquez oficializó el ingreso de Uruguay en el Centro de Desarrollo de la OCDE, cuya actividad principal es el intercambio de experiencias en políticas públicas.

En el capítulo de anécdotas, el presidente uruguayo “salvó” a una pasajera que sufrió una crisis alérgica a bordo del avión que le llevó el pasado lunes a París.

Durante el vuelo de Air France Buenos Aires-París, una joven francesa de 17 años ingirió un alimento desconociendo que contenía maní, al que es alérgica.

La joven comenzó a sentirse mal, por lo que la compañía aérea reclamó la presencia de un médico y fueron el presidente uruguayo y su médico personal, Mario Zelarayán, quienes atendieron a la pasajera, administrándole medicamentos vía oral y una inyección intravenosa con corticoides.