El PP tiene miedo a perder las elecciones
Anda el Gobierno de Mariano con angustiosos acuses de recibo del riesgo de batacazo en las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales. Analizados minuciosamente los resultados de las europeas, el PP ha llegado a la conclusión de que puede perder en ayuntamientos, autonomías y quien sabe si en las generales, donde parece improbable que pueda renovar la actual mayoría absoluta.
El miedo se ha hecho carne en la dirección del PP, que empaqueta cada vez peor las medidas con las que pretende recuperar a los casi siete millones de electores (6,7 para ser más concreto) perdidos desde las generales de 2011. Así, se intenta vender una pomposamente denominada “reforma fiscal”, que no es otra cosa que un eufemismo con el que se pretende circunvalar la certeza de que los ricos pagarán menos y la clase media, en proceso de jibarización, quedará laminada.
A Montoro, otrora chulesco y provocador, le ha dado un ataque de timidez al tener que explicar unas medidas que sabe que se volverán contra él con el agravante de videoteca, hemeroteca, archivos y enlaces en general. Ha dado un paso atrás y ha enviado a un segundo a contar mentiras, que a él ya no le da ni la risa.
Gallardón maquilla el insoportable proyecto de ley del aborto y hace como que acepta el supuesto de anomalías en el feto, pero no crea un supuesto específico, lo diluye en el cajón desastre de grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada. Lo que se vende en titulares es que la malformación del feto será motivo legal para abortar. Verdad a medias que, como ha quedado acreditado en capítulos anteriores, puede ser peor aún que una mentira.
Uno de los mayores ataques contra los derechos de las mujeres que se han perpetrado en nuestra historia democrática, el proyecto de ley de aborto de Gallardón-Rajoy, se tunea con la apariencia de incluir uno de los supuestos que más irritación había producido.
El Gobierno de Mariano ha pasado de pensar que todo lo que hiciera salía gratis, a tenor del nulo coste electoral de tantos casos de corrupción, a entrar en pánico ante los datos evidentes que avisan de que puede perder buena parte del poder que hoy tiene.
De aquí a los próximos meses, el PP hará todo tipo de contorsiones publicitarias para recuperar votantes y tratar de aplacar ese miedo que le ha invadido con la digestión de los resultados de las europeas.
