Juego de troníos

Una cosa que hay que reconocerles a los partidos emergentes y presuntamente detergentes es que han elevado el tono de la discusión política desde los ya manidos teóricos Duverger y Habermas (no crean, lo acabo de mirar en la Wikipedia) a las profundas reflexiones de Tyrion Lannister, el maquiavélico enano de ‘Juego de Tronos’, elevado a los altares de la Razón Pura por el nuevo profeta de la Verdad Rebelada, su Excelencia Reverendísima don Pablo Iglesias el Joven.

Como soy hombre de edad (concretamente, de mucha edad), tengo mis dudas sobre si debemos entregar las riendas de este desbocado país a tan insigne intelecto de la Tierra Media, y perdonen la confusión toponímica, que un servidor todavía tiene como referente a ‘Tom y Jerry’, otra obra televisiva de gran enjundia intelectual, en el que el débil siempre gana al poderoso.

Y las dudas no se han visto despejadas estos días tras el estéril debate habido en el Parlamento andaluz en el que emergentes, detergentes y astringentes han unido sus fuerzas para impedir que Susana Díaz sea investida presidenta, tal y como hemos decidido los andaluces, que quiénes somos nosotros para decir a los flamantes próceres lo que deben hacer con nuestros votos. Con el agravante de que el ‘impasse’ político se prolongará unas semanas más, hasta que pasen las elecciones municipales, ya que nadie se quiere retratar; no vaya a ser que les acusen de tener sentido común y ganas de trabajar, grave insulto para un político.

Lo primero que deberían aprender los neófitos parlamentarios andaluces es que en el PSOE no tienen como obra de referencia ‘Juego de Tronos’, sino ‘Forever’. Y que para asustar a un inmortal hay que hacer mucho más ruido y mucho más aspaviento.

Dentro, fuera

Que no es el caso de Teresa de Cádiz, lideresa de ‘Podemos’, a la que de momento el atril de las Cinco Llagas le viene grande, aunque ella lo compensa con mucho tronío y ostentación de Virtud Intachable, poco apta para alcanzar cualquier acuerdo con gentes impuras. Supongo que es pecado de juventud, que se le pasará con el tiempo, dos semanas y media para ser preciso. Para entonces le sugiero que vaya cambiando la serie de referencia de su Caudillo por otra más acorde a su edad y espíritu, por ejemplo, ‘Barrio Sésamo’, que podría aclararle unos conceptos que tiene confusos: ‘dentro’ y ‘fuera’ y sobre todo, ‘izquierda’ y ‘derecha’. Y sin copiar a Errejón, que es el que menos claro lo tiene, que si por él fuera el partido se llamaría ‘Podemos y de las JONS’, si fuera jueves.

Quien también despliega tronío en la tribuna es Juan Marín, sublíder de Ciudadanos, que aparenta que tiene 300 diputados, como Leónidas en las Termópilas. Tras oír su fundamentado discurso, ganas me dan de aconsejarle que cambie su serie de cabecera y revise el contenido de ‘Verano Azul’, aunque es una trama con final muy triste, ya que Chanquete se nos muere, y que me perdonen el ‘spoiler’. Quizá deberían cambiarse a ‘La casa de la pradera’, que también sale gente haciendo el indio.

Aunque para tronío de verdad, el del líder del PP, un tal Moreno Bonilla, que tras cosechar un magnífico resultado dejándose 17 diputados, se atreve a dar lecciones de honradez y de eficacia política. Por si aprenden (o aprehenden algo) yo les sugiero que sus series ejemplares sean ‘Walking dead’, si pertenecen al sector del partido que no se entera de nada, o ‘Prison Break’, si forman parte del PP Auténtico.

Y para que no se me quejen los de IU, la oposición más irrelevante pero más vociferante, les diré que su argumento de referencia debe ser ‘A dos metros bajo tierra’ y que en vez de derrochar falso tronío tienen que esforzarse en salir del hoyo. Pero deben estar atentos a lo que hacen, que el enterrador fue Podemos y los colocó boca abajo. Por si escarban.