Una jueza en el top

La verdad es que la agenda de la jueza Alaya se complica por momentos tras la movida en la agenda de nuestro todavía presidente Griñán, que anuncia que nos deja, dependiendo de según y cómo. Y como a ella le gustaría empitonar con el Código Penal -o con el de Circulación- al presidente de la Junta, cuando no a toda la Junta misma, debe darse prisa no vaya a ser que la cosa se le quede en nada, que cuando quiera reaccionar a lo mejor la jefa ya es Susana Díaz y aquí paz y después gloria. El problema es que si le puede la tentación tendría que dejar el caso en manos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, ya que Griñán seguiría siendo diputado andaluz -y por lo tanto, aforado-. Y por ahí su inmenso afán de justicia y su ego no podrían pasar.

Así que Alaya, si quiere seguir en los primeros lugares en el top judicial (la lista de los jueces más famosos, no el Tribunal de Orden Público, creado en el franquismo para perseguir a rojos y sindicalistas), debe hilar muy fino, ya que la otra opción posible es que nuestro todavía presidente deje de ser diputado en Sevilla y sea designado senador autonómico por el Parlamento andaluz, cargo que también le procuraría aforamiento, esta vez ante el Tribunal Supremo, cuyos miembros ocupan un lugar destacado en el top, sobre todo después de rebajar la pena de Jaume Matas (ex presidente balear del PP) de seis años a nueve meses, cuando bien podría haberle condenado a -15 años, que así tendría créditos para los juicios que tiene pendientes.

Como ven, una agenda judicial muy desbaratada, para desgracia de su colega y amigo Juan Ignacio Zoido, presidente del PP andaluz, otro juez que también está en el top, aunque por distintas y sobradas razones, y no vean en el 'sobradas' mayor intención que la dicha.

Justicia tuerta

A pesar de esta complicada mezcolanza de política y Justicia, no seré yo quien defienda la impunidad de los chorizos, por lo que aplaudo hasta con las orejas la inmisericorde persecución que la jueza Alaya hace de los implicados en los ERE fraudulentos, a los que debería meter en la cárcel para luego tirar la llave.

El problema es que la Justicia no es que sea ciega, es que parece tuerta del ojo izquierdo, pues si hay que enchiquerar a los que robaron y también a los que tenían que vigilarlos, ya está tardando el juez Ruz en llamar a declarar como imputado a Mariano Rajoy, a Dolores de Cospedal y sus cuarenta vocales, y sobre todo, a Javier Arenas B., si es que logran localizarle, que de momento está desaparecido en tomate.

El problema es que estos presuntos y sobrecogedores políticos no son de la cáscara amarga, por lo que a la Justicia y la Brunete mediática, que es quien apoya al TOP, no les parece que sea ajustado a Derecho (o a derecha) que se ponga en entredicho la marca España. Y de ahí esta penosa situación en la que el único condenado por el 'caso Bárcenas' es el juez Garzón, el iniciador del procedimiento.

Pero como Alaya lleva su parte de razón, que hubo fraude masivo al repartir dinero de los ERE, no me parece mal que la Junta y el PSOE hagan un reset de la política andaluza y manden a su casa quienes por pasividad dejaron que tales cosas ocurrieran.

También debería hacer lo mismo el PP, que a lo mejor Rajoy tendría más éxito registrando propiedades ajenas que vigilando a los tesoreros del PP. Por no hablar de la Justicia, más necesitada que nadie de hacerse un reset, a ver si acabamos de una vez con los jueces top y con el propio TOP, aunque esto de que los jueces dejen de ser de derechas nos puede costar un par de siglos más.