El Plan es ahora

Los ciclos económicos parecen no dar tregua a las familias trabajadoras porque, cuando empezábamos a vislumbrar la salida, tras la crisis provocada por la Covid-19, la Guerra de Ucrania, la crisis energética y de materias primas, la espiral inflacionista, el alza de los tipos de interés, y el oportunismo empresarial para subir de manera desorbitada los precios han vuelto a poner en jaque a los hogares andaluces.

Los datos constatan esa evidencia y, mientras en los dos últimos años los precios han subido un 14,5%, los salarios apenas lo han hecho en un 6%, lo que supone que las familias han perdido 8,5 puntos de poder adquisitivo desde 2020.

Andalucía, con 760.000 personas desempleadas, necesita más y ese más tiene que llegar también de la mano del Gobierno andaluz, que dentro de sus competencias puede hacer mucho por mejorar la vida de las familias andaluzas

Es cierto que desde el Gobierno de España se ha puesto sobre la mesa una batería de medidas para paliar los efectos de la desbocada inflación que asfixia a las familias. Entre ellas, el descuento de 20 céntimos/litro para los carburantes o ayudas para el transporte de cercanía y media distancia; pero Andalucía, con 760.000 personas desempleadas, de las que 364.000 no reciben ninguna prestación, necesita más y ese más tiene que llegar también de la mano del Gobierno andaluz, que dentro de sus competencias puede hacer mucho por mejorar la vida de las familias andaluzas.

Así se lo hemos trasladado desde CCOO de Andalucía al Ejecutivo de la Junta, al que hemos reclamado la puesta en marcha de un plan que amortigüe los efectos de la inflación en la economía de los trabajadores y trabajadoras andaluces.

Un plan que entendemos es posible incluir en los presupuestos de Andalucía para 2023 a través de una enmienda; y que entendemos también que, si a este Gobierno le importan de verdad los andaluces y andaluzas, debería de hacerlo sin más dilaciones ni excusas.

Un plan para paliar los efectos de la inflación en las familias y sectores productivos que incluya el establecimiento de un bono para que los hogares en situación más vulnerable puedan hacer frente, mientras se mantenga esta inflación, al pago de los suministros básicos como la luz, el agua y la compra de alimentos básicos; complementar la bonificación de los transportes públicos del Gobierno central, estableciendo un gasto máximo de 10 euros al mes por persona usuaria; un pago único a las familias que acrediten un gasto de combustible elevado por motivos laborales o de especial necesidad; gratuidad de escolarización de 0 a 3 años; o extender la gratuidad de los libros de texto a la educación infantil.

Estas y otras medidas, se pueden implementar con carácter inmediato y, sin duda, aliviarían la situación de muchas familias que no pueden, ni siquiera, cubrir las necesidades más básicas de sus hogares y rozan la exclusión social.

Andalucía y su gente necesita de una apuesta clara de sus dirigentes políticos que les ayude a amortiguar la grave situación económica que está viviendo mientras una minoría aprovecha para especular, para enriquecerse aún más y para sacar beneficio propio

Andalucía, con 1.886 desahucios, es la tercera comunidad autónoma con más lanzamientos y esa situación, muy probablemente, irá a peor ante la carestía de la vida, la subida de los tipos de interés y la no subida de los salarios. Por ello, otra de las medidas que contempla el Plan antiinflación que hemos trasladado al Gobierno es, precisamente, la prohibición de ejecución de hipotecas o desahucios en la situación actual; o recuperar la desgravación de las hipotecas y rentas de alquiler para las familias con menos recursos y la puesta en marcha de ayudas para hacer frente a los efectos de la subida de los intereses en las hipotecas.

Entre las medidas a corto plazo que se recogen en el plan y que entran en las competencias del Gobierno andaluz, también están la de agilizar la renta mínima, ayudas complementarias a las personas que reciben pensiones no contributivas o subsidios por desempleo.

Andalucía y su gente necesita de una apuesta clara por parte de sus dirigentes políticos que les ayude a amortiguar la grave situación económica que está viviendo mientras una minoría, como siempre, aprovecha para especular, para enriquecerse aún más y para sacar beneficio propio. El Gobierno andaluz tiene la llave en los presupuestos para 2023; por lo que si sigue obviando estas cuestiones, los presupuestos que rijan el próximo año en nuestra tierra ni serán responsables, ni serán sociales; y las políticas del Ejecutivo irán en contra de la realidad de Andalucía y de las miles de familias que lo están pasando mal.