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Sobre este blog

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.

Insectos vectores: los mosquitos y la transmisión de parásitos

mosquito

Josué Martínez de la Puente

Estación Biológica de Doñana (EBD/CSIC) —

El parasitismo es una de las formas de vida más extendidas en la naturaleza, en la que un organismo, el parásito, explota los recursos proporcionados por otro individuo, el hospedador. La inmensa mayoría de las especies, si no todas, sufren el ataque de algún parásito. Incluso los parásitos pueden verse atacados por otros parásitos. En un sentido amplio, podemos considerar parásitos a multitud de organismos muy diversos, desde virus y bacterias hasta vertebrados, como en el caso del cuco que ponen sus huevos en el nido de otras especies para que críen sus polluelos.

Algunos de estos parásitos son tristemente famosos por las enfermedades que causan en los seres humanos y otros animales. Esta diversidad de parásitos presenta una enorme variedad de mecanismos por los que estos entran en contacto con sus hospedadores. Quizás uno de los más fascinantes mecanismos son los que involucran a los insectos como vehículos de transmisión o vectores. Un ejemplo paradigmático de ello son los parásitos de la malaria aviar.

Los parásitos de la malaria aviar son parásitos similares a los causantes de la malaria humana pero que, a diferencia de estos, únicamente afectan a las aves. Esto les sitúa como un excelente modelo de estudio con el que explorar los mecanismos y consecuencias de su interacción con los insectos que los transmiten y las aves a las que infectan. Como otros parásitos transmitidos por vectores, los parásitos de la malaria aviar requieren de un insecto, generalmente un mosquito, para ser transmitidos desde un hospedador infectado a otro nuevo individuo. Para ello, una hembra de mosquito, el único sexo que se alimenta de sangre, se comportaría como el vehículo para que los parásitos puedan alcanzar a sus nuevos hospedadores. Esto haría de los mosquitos unos intermediarios esenciales entre los parásitos y las aves.

Triple información

Aunque cualquiera pudiera pensar lo contrario, dado lo molesto que resultan los mosquitos para la mayoría de nosotros, cada especie de mosquito presenta claras preferencias para alimentarse de un grupo particular de animales. Así, algunas especies se alimentan principalmente de aves, mientras que otras, prefieran alimentarse de mamíferos o incluso reptiles o anfibios. Pero, ¿cómo podemos llegar a saber esto? Las hembras de mosquito recientemente alimentadas y, por tanto, con una toma reciente de sangre en su abdomen tienen mucho que decir al respecto, ya que en un único mosquito disponemos tanto de la información sobre el propio insecto (p.e. de qué especie se trata) como de una fuente de sangre del hospedador del que se ha alimentado y de los parásitos que éste pudiera soportar. ¡Tres en uno!

En nuestro equipo de investigación en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), en colaboración con miembros del Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación de Huelva, hemos desarrollado y aplicado una técnica molecular para identificar las especies de animales de las que se han alimentado estos mosquitos. Utilizando el material genético (ADN) del hospedador vertebrado presente en esa sangre, amplificamos y secuenciamos un fragmento de ADN particular de cada especie. En otras palabras, sería como leer un código de barras, una huella dactilar molecular, única y característica de cada especie de vertebrado, que nos permite identificar con precisión de qué especie se alimentó el mosquito.

Los resultados obtenidos en este sentido son fascinantes y nos permiten comprender la importancia de cada especie de mosquito en la transmisión de diferentes parásitos que puedan afectar a la fauna silvestre, doméstica o, incluso, a los seres humanos. Es fácil comprender que aquellas especies de mosquitos que se alimentan predominantemente de aves tendrán una importancia relativa mayor en la transmisión de parásitos de la malaria aviar que las especies que se alimentan de mamíferos. Por el contrario, para el caso de los parásitos que afectan a humanos, los mosquitos que se alimenten en mayor medida de estos últimos, tendrán una importancia previsiblemente mayor.

El molesto mosquito tigre

Para evaluar esta hipótesis, en colaboración con colegas de Istituto Zooprofilattico Sperimentale delle Venezie y del Centro Ricerca e Innovazione de la Fondazione Edmund Mach, identificamos la fuente de alimento y la presencia de parásitos de la malaria aviar en mosquitos de diferentes especies presentes en el norte de Italia. Entre estas especies se incluyó el afamado y molesto mosquito tigre, Aedes albopictus, y varias especies de mosquito propias del lugar. El mosquito tigre, en creciente expansión en España y otros países del mundo, como Italia, es una especie invasora con un agresivo comportamiento que causa importantes molestias en las poblaciones humanas donde se encuentra, además de verse principalmente involucrado en la transmisión de parásitos que afectan a los seres humanos y otros mamíferos.

En este sentido, el objetivo del estudio fue identificar los animales de los que se alimentaron las diferentes especies de mosquitos y la importancia de cada una de ellas en la transmisión de parásitos de la malaria aviar. Los resultados fueron muy esclarecedores, poniendo de manifiesto que especies como el mosquito común, Culex pipiens, se alimentaron predominantemente de aves, mientras que otras, como el mosquito tigre, se alimentaron predominantemente de mamíferos. Consecuentemente, como sería de esperar de acuerdo con esta preferencia de alimentación sobre aves, la presencia de parásitos de la malaria aviar fue mayor en el mosquito común que en las especies que se alimentaban preferentemente de mamíferos.

Estos resultados obtenidos por nuestro grupo de investigación ponen de manifiesto la importancia de considerar a los mosquitos en los estudios de la dinámica de transmisión de parásitos por insectos vectores, y como estos, presentan unos apasionantes comportamientos, como por ejemplo la selección de los hospedadores de los que alimentarse, que determinará en gran medida la probabilidad de contacto entre los hospedares y sus parásitos.

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