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Sobre este blog

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.

Microbioma: el ‘nuevo órgano’ del cuerpo humano que compartimos con la mayoría de seres

Micrografía electrónica, de baja temperatura, de un cúmulo de bacterias E. coli ampliado 10 000 veces (Agricultural Research Service)

Patricia Bernal

Estación Experimental del Zaidín (EEZA/CSIC) —

Me atrevería a decir que la mayoría estáis familiarizados con el termino flora intestinal y lo usáis para referiros a los organismos que viven en el intestino y que tan necesarios son para una buena digestión y asimilación de nutrientes. Seguro que todos estáis pensando en ese anuncio de yogurt que hace de nuestro intestino el más feliz del planeta gracias a una serie de microorganismos ingeridos con el producto. Pero, ¿os habéis preguntado alguna vez por qué se denomina flora a este conjunto de microorganismos? Flora, en realidad, hace referencia al grupo de especies vegetales que habita un determinado ecosistema. La razón para esta terminología es histórica y es que los primeros microbiólogos eran también botánicos. Hoy en día, desde la comunidad científica, hay una tendencia al alza a abandonar el término flora intestinal y sustituirlo por otro más preciso la microbiota intestinal.

Es posible que la palabra microbiota es suene familiar pero muy probablemente microbioma lo sea aún más. El microbioma es el conjunto de genomas pertenecientes a los microorganismos que se encuentran en un ecosistema. A su vez, el genoma es el conjunto de genes de un individuo. Por tanto, el microbioma es el conjunto de genes de todos los microrganismos encontrados en un hábitat. El desarrollo y abaratamiento de las técnicas de secuenciación de genes han permitido descifrar el genoma de ecosistemas completos lo que nos permite conocer la totalidad de microorganismos presentes en ellos. Esta técnica está revolucionando la microbiología y promete tener una gran repercusión social, razón por la que noticias relacionadas con microbiomas son bastante frecuentes en la prensa últimamente. El término microbioma se usa también para referirse a los organismos en sí y no solo a sus genomas por lo que los términos microbiota y microbioma pasan a ser equivalentes.

Así podemos hablar del microbioma humano para referirnos al conjunto de microorganismos que cohabitan con nosotros desde el mismo momento de nuestro nacimiento. De forma más específica también podemos hablar del microbioma intestinal (flora intestinal o microbiota intestinal) uno de los más importantes de nuestro cuerpo aunque no el único. Lo cierto es que estamos completamente colonizados por bacterias, virus y hongos (piel, boca, oídos, genitales, etc), y aunque imaginarlo pueda resultar desagradable para algunos, dependemos de ellos para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Tanto es así que el microbioma está empezando a considerarse un nuevo órgano del cuerpo humano cuyo peso puede doblar el de nuestro propio cerebro.

Impacto directo en la salud

Este nuevo órgano es esencial para nuestra digestión y metabolismo, como vimos anteriormente, pero también lo es para defendernos de la invasión y ataque de microrganismos patógenos (bacterias causantes de enfermedades), para desactivar sustancias toxicas y para disminuir el colesterol alto. Además el microbioma interacciona con nuestro sistema inmunológico y tiene un impacto directo en la salud de nuestro cerebro. Estudios recientes muestran una clara relación entre la prevalencia de enfermedades tan importantes en nuestro siglo como la diabetes, la obesidad y la depresión y la composición de nuestros microbiomas.

Como hace referencia el título, no solo los humanos sino la mayoría de seres vivos tienen un microbioma asociado. Los microorganismos fueron los primeros seres vivos en habitar nuestro planeta y desde entonces han co-evolucionado con el resto de especímenes aparecidos posteriormente. Los estudios sugieren que este nuevo ‘órgano’ es de vital importancia en todos los casos analizados. Un claro ejemplo es el microbioma de las plantas y en especial el de sus raíces. En realidad hay una gran analogía funcional entre nuestro sistema digestivo y la raíz de una planta. Tanto uno como el otro son ecosistemas eucariotas esenciales para la absorción de nutrientes del organismo que los posee y que albergan un conjunto de microorganismos con una relación de simbiosis tanto mutualista como comensal.

Las propias plantas son capaces de favorecer el crecimiento de estos microorganismos que serán beneficiosos para su crecimiento e incluso necesarios para la supervivencia de la misma. Es decir, la propia planta puede influir en la formación y el establecimiento de su propio microbioma. Así, muchos de los microorganismos encontrados en la zona inmediata a la raíz de las plantas, también conocida como rizosfera, favorecen la disponibilidad de nutrientes necesario para el crecimiento vegetal y también y de manera muy eficaz pueden defender a su huésped del ataque de organismos patógenos. Algunas de las enfermedades más devastadoras que afectan nuestras cosechas se deben a patógenos bacterianos como Agrobacterium tumefaciens que causa tumores en una gran variedad de dicotiledóneas o Pectobacterium carotovora responsable de la conocida como ‘pierna negra’ en las plantas de patata, entre otros.

Una buena productividad agrícola

Los organismos capaces de proteger a las plantas del ataque de estos y otros patógenos son conocidos como agentes de control biológico o agentes de biocontrol y son, por ello, componentes esenciales del microbioma de la raíz. Los agentes de biocontrol, son una alternativa segura y limpia a los pesticidas químicos y son actualmente objeto de intenso estudio. El entendimiento a nivel molecular de los mecanismos de biocontrol puede permitir modular y optimizar el microbioma de la rizosfera de una planta favoreciendo el desarrollo de microorganismos beneficiosos e inhibiendo el crecimiento de patógenos. Esto permitirá mantener una buena productividad agrícola minimizando el uso de productos químicos.

Los grandes expertos de la microbiología y en concreto del microbioma humano auguran en un futuro no muy lejano el tratamiento con microrganismos para tratar enfermedades como la obesidad, etc. Quizás, cuando nuestros hijos lleven a sus hijos al médico, las analíticas serán no solo de sangre y orina sino de microbioma. Toda esta innovación en la salud humana será también trasladable a la salud de nuestros cultivos, donde el microbioma de una plantación será lo primero a analizar para evitar la destrucción de las mismas por plagas o para aumentar la productividad de las mismas sin necesidad de sustancias químicas

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