El sábado anterior, casi fresco algo de calor, breve excursión a Bierge, poca gente, diez o quince coches, campo precioso, la gama de verdes, incomprensible. Las lluvias han traído esta clorofila fastuosa y el Alcanadre baja henchido de gozo. Una pareja se estrena en el chapuzón, nadie más se atreve. El verdor salvaje del río y sus pozas. Qué grande. Desde la terraza del hotel brillan las olivas y estalla la cerveza. El falso veranillo hace un tímido avance. La foto bien vale una misa. El hostal cierra un rato a media tarde. Un cartel anuncia que se vende el albergue restaurante... 390.000 €.
Otra pareja, natural de Zaragoza pero residente en Madrid, va buscando casas por esta zona, por el Pirineo en general. Recuerdan su primera vez bajando los cañones del Alcanadre, el Vero... cuando aún no existía el neopreno... o no había llegado a estos montes.
El lujo de la Sierra de Guara. El verdor del año. Empieza a refrescar. Abiego, Somontano de Barbastro. El año que llovió bastante.
Como siempre, la web de Románico Aragonés de García Omedes, da una info exhaustiva, aquí San Fructuoso.