Viveros empresariales: pueblos aragoneses buscan exportar este modelo al medio rural
Cuando la despoblación asola a buena parte de Aragón, no es de extrañar que iniciativas como las que ha puesto en marcha Pedrola (Zaragoza) llamen la atención de otros municipios aragoneses. El Ayuntamiento de esta localidad apostó por impulsar el empleo mediante la creación de un vivero empresarial y una incubadora de ideas de la Ribera Alta del Ebro. Querían convertir a Pedrola en el centro neurálgico de la comarca dado su suelo industrial.
Ahora, dos años después de su puesta en marcha, este espacio, ubicado en el antiguo matadero, ha comenzado a revertir directamente en el territorio. Cuatro jóvenes, de entre 24 y 26 años, que participaron en una de las formaciones del centro, han creado su propia empresa de digitalización del patrimonio y se han instalado este mes de septiembre en este Centro de Impulso Empresarial. Son los primeros en hacerlo, pero desde el Ayuntamiento de Pedrola confían en que lleguen muchos más. De momento, esta iniciativa ha despertado interés en otros municipios de la comunidad, que se han puesto en contacto con el consistorio para conocer y exportar el modelo.
Este tipo de centros, que impulsan el emprendimiento y favorecen la colaboración, se han extendido en las grandes ciudades, pero no han llegado de la misma manera al medio rural. El concejal de Industria, Empleo y Desarrollo Local de Pedrola, Aurelio Langarita, cuenta que, aunque el Consistorio no tiene las competencias de formación y empleo, asumió este proyecto con fondos propios. “Entendimos que teníamos que hacer algo porque estábamos teniendo un paro que nunca habíamos tenido”, recuerda.
En los peores años de la crisis, en torno a 2012, la tasa de desempleo alcanzó el 19 % en Pedrola. Ahora se sitúa en el 9,6 %, según los datos facilitados por el Ayuntamiento. Dentro de la comarca, Pedrola concentra la mayor cantidad de suelo industrial. Tiene dos polígonos industriales alrededor, donde se instalan muchas empresas auxiliares de la automoción que trabajan para la fábrica de Opel de Figueruelas, situada en la misma comarca, a tan solo nueve kilómetros.
“No habíamos tenido paro nunca y estábamos llegando a unos niveles desconocidos hasta entonces, por ello, comenzamos a impulsar iniciativas que tuvieran que ver con la formación y el empleo, aunque fuera una competencia impropia”, sostiene.
Así surgió la idea de destinar el antiguo matadero del municipio a la creación de un centro de confluencia, donde demandantes de empleo y formadores se retroalimentaran en el mismo espacio. La restauración y rehabilitación del edificio la llevó a cabo la Escuela Taller de la comarca. Esto dilató los tiempos de ejecución, pero también abarató los costes. El Consistorio ha invertido en este proyecto entre 45.000 y 50.000 euros en siete años.
“Nos costó mucho sacarlo adelante”
Ahora, el antiguo matadero es un centro de negocios www.ciemelmatadero.es que apoya de forma dinámica a los emprendedores que deseen crear un negocio o relanzar uno existente, en un ecosistema de experiencia empresarial.
Así cuenta con diferentes espacios, como el vivero de empresas, la zona de coworking, salas de reuniones, espacios para eventos, clases para formación y hasta una zona chill-out (de donde salen las mejores tormentas de ideas). También ofrece un servicio para búsqueda activa de empleo. “Nos costó mucho sacar esto porque hace unos años era algo impensable en el pueblo”, afirma.
