El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.
Tormenta seca interior
Tal vez el Ojo de Sauron, una visión, un fantasma. Una de las torres del Pilar en obras, ante la tormenta seca del martes, media luz de relámpago y el ascensor de obra que nunca deja de subir y bajar.
La ciudad de los prodigios transida de turistas bajo 40 grados. ¿Nos puedes hacer una foto?
El río aguanta. Los ríos. Y el Canal Imperial.
Capital del desierto, novela de Jorge Sanz Barajas.
En plena crecida de personas sin hogar, cada esquina tiene su pobre, y eso que la economía de subsistencia va como un cohete, según dictamen oficial. Cohete precarísimo, etc.
Un clásico del Coso, pidiendo en la zona guay, Fnac, Sástago, el león de la Adriática… 38 grados.
Le quería dedicar una micropieza a la ferretería de la Droga Alfonso, a la paz infinita de sus pasillos llenos de útiles, a la amabilidad profesional de sus dependientas y dependientes, pero se divulgó que iba a cerrar, que esa manzana sería, como todas, para pisos de lujo (redundancia) y los pasillos zen se llenaron de gente que iba a despedirse de sus recuerdos, etc.
La tormenta seca va por dentro y se duele de la barbarie humana, bélica locura sin freno, de los incendios y los trabajadores que, a pesar de los muertos, siguen a 40 grados currando al sol.
La tormenta seca interior no se apaga con agua.