Aragón cataloga 21.000 hectáreas de estepa y de Pirineo para proteger a sus aves

Aragón ha superado las 870.000 hectáreas de Zepa (Zona de Especial Protección de Aves) con la declaración de tres nuevas áreas que suman 21.203 en la estepa zaragozana y la Ribagorza oscense y cuya finalidad es garantizar la conservación, entre otras, de especies amenazadas como el rocín, el sisón, el quebrantahuesos y el cernícalo primilla.

Esta figura de protección tiene como objetivo “mantener la avifauna y sus hábitats en un estado de conservación favorable”, lo que conlleva aplicar en su ámbito medidas de gestión y limitar determinadas actividades, especialmente en el ámbito productivo.

El Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad ha aprobado la creación de sendas zepas en los parajes conocidos como Montes de Alfajarín y Saso de Osera, de 11.844 hectáreas, el grueso de ellas en la primera localidad y en Villafranca de Ebro; la Dehesa de Rueda y Montolar, con 3.944, casi la mitad en Urrea de Jalón, y, por último, la Sierra de Esdolomada y los Morrones de Güel, con 5.413, dos tercios de ellas en Graus y el grueso del resto en Isábena.

Esta última incluye 30 hectáreas del municipio de Santaliestra y San Quílez. El Ministerio de Medio Ambiente proyectó hace dos décadas un pantano para regular el río Ésera descartado en 2006 por acuerdo de la Mesa del Agua. La zona protegida supone apenas el 1,2 % de su término, por lo que no supondría una traba en caso de que el Gobierno central recuperara esa iniciativa.

El 18,2 % del territorio, por debajo de la media estatal

El grueso de las 21.203 hectáreas de las nuevas Zepa ya formaba parte de la Red Natura 2000 mediante su inclusión en LIC (Lugar de Interés Comunitario), una figura de protección de menor entidad. De hecho, la superficie que carecía de cualquier tipo de catalogación es de apenas 700 hectáreas; 679,5 en Alfajarín; 36,94 en Osera y 16,19 en Villafranca.

Las nuevas zonas sitúan la superficie declarada Zona de Especial Protección de Aves en la comunidad en 870.100 hectáreas, lo que supone el 18,2% de su territorio.

Pese al claro avance que supone su aprobación –el primero de entidad en ocho años y que complementa iniciativas como la protección de la estepa zaragozana-, Aragón sigue en la aplicación de esta figura por debajo de la media estatal, donde afecta al 20% del suelo, y continúa viéndose superada por autonomías de menor extensión, caso de Cataluña -913.451 hectáreas de 3,2 millones- y Extremadura -1,1 millones de 4,16-.

Un reciente estudio del Gobierno de Aragón revela cómo la declaración de espacios protegidos ayuda a fijar población  ( ) y eleva los niveles de renta de sus áreas de influencia.

Tendencias preocupantes en la estepa

El decreto destaca la presencia en los montes de Alfajarín, el saso de Osera y las dehesas de Rueda y de Montolar de algunas especies de aves esteparias “que presentan una tendencia más preocupante”, caso de las poblaciones del rocín o alondra ricotí y las del sisón, que se hallan en declive, básicamente como consecuencia del abandono de tierras de cultivo.

Mientras tanto, otras especies como la avutarda “muestran una previsión para la invernada y la cría estable a corto plazo, si bien se desconoce su tendencia futura”, y “únicamente en el caso del cernícalo primilla –añade la resolución- existe una previsión favorable, con una tendencia de la cría estable a corto plazo y un incremento a largo plazo”.

La declaración de la Zepa de la sierra de Esdolomada y los morrones de Güel tiene relación directa con la conservación del quebrantahuesos, el mayor rapaz carroñero de Europa, casi dos tercios de cuyos ejemplares –entre ellos el 42,56% de las susceptibles de reproducirse- se encuentran en el Pirineo y el prepirineo aragonés.

Las medidas de recuperación que comenzaron a aplicarse en 1994 “han conducido a una mejora del estado de conservación de sus poblaciones, lo que ha ocasionado la colonización de nuevos territorios y a que se estime una tendencia al alza a corto y largo plazo”, lo que “hace necesaria la protección de los nuevos asentamientos” como el localizado en esa área de la Ribagorza oscense, mantiene la Consejería de Desarrollo Rural.

En la nueva Zepa, en la que se han localizado 57 especies de aves,  24 de las cuales la habitan de manera permanente, habitan, además de una pareja de quebrantahuesos con capacidad de reproducirse, dos de alimoches.