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La farmacia rural: un servicio clave para ralentizar la despoblación

Farmacia del pueblo de Puertomingalvo con cerca de 120 habitantes

Nerea Lozano

Teruel —

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Se entiende por farmacia rural a esa farmacia que se ubica en una población que disponga de uno o dos de estos establecimientos médicos y que cuenten con menos de 5.000 habitantes, según define la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR). Sin embargo, son también un claro ejemplo de resistencia y de lucha porque cada día se enfrentan a la despoblación o la reducción en el coste de los medicamentos, entre otras problemáticas. De esta forma, aquellas farmacias rurales que se mantienen trabajan para no cerrar sus puertas y que los pueblos se queden sin otro servicio esencial. 

Estos centros farmacéuticos son un arma para frenar la despoblación a la vez que se favorece el desarrollo social y económico o al menos así lo indica un estudio del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de este 2023. En este mismo informe se apunta que los municipios rurales que cuentan con farmacia registraron una pérdida de población en edad de trabajar menor que aquellos que no disponen entre sus calles de este espacio médico. 

Con este objetivo de disminuir la despoblación y que se pueda alargar el tiempo de vivir en los pequeños municipios ha trabajado el Colegio Oficial de Farmacéuticos turolense (COFTe), que junto a la Diputación Provincial de Teruel (DPT) ha firmado un convenio por valor de 50.000 euros para hacerlo posible. Este acuerdo hace que las farmacias rurales -ubicadas en municipios de menos de 500 habitantes- ofrezcan un blíster reciclable a modo de pastillero con la medicación personalizada. Cerca de 60 farmacias en toda la provincia de Teruel se han sumado a la iniciativa como, por ejemplo, la de Huesa del Común, un municipio de las Cuencas Mineras con cerca de 70 habitantes. 

Este servicio se orienta a los cerca de 600 usuarios y usuarias de teleasistencia y por ahora ya más de 200 personas recogen semanalmente ese envase con todas sus medicinas prescritas listas para tomar. Otros criterios que se tienen en cuenta para poder formar parte de este programa es que sean pacientes polimedicados, con posologías complejas o tratamientos que si no se cumplen pueden causar una urgencia médica. No obstante, en caso de no cumplir con estos requisitos es posible conseguir ese blíster -con los medicamentos colocados por días de la semana y horas- por un precio aproximado de cinco euros, según ha reconocido la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Teruel, María José Villafranca, en la presentación de la propuesta.

Más tiempo en los pueblos  

Allí mismo, la diputada delegada de bienestar social, Beatriz Redón, ha insistido en que esta medida, además de conseguir retrasar la salida de los vecinos de los municipios, sirve para mejorar la adherencia a los pacientes a su medicación. “Este servicio garantiza que la medicación va a tomarse de forma adecuada, van a tener menos problemas de salud y van a ser más autónomos por lo que podrán cumplir ese deseo de permanecer más tiempo en su vivienda de forma segura y con una mejor calidad de vida”, ha señalado Redón, quien ha destacado que es una manera de apoyar a las farmacias rurales que en muchos casos están en una situación “de viabilidad comprometida”. 

La presidenta del COFTe ha reiterado la diferencia entre hacerse un pastillero y disponer de este blíster. “Con este servicio del blíster, la responsabilidad sobre la medicación la tiene el farmacéutico y por tanto es más seguro para el paciente porque a veces se enfrentan a prescripciones tan complicadas que lo meten en una bolsa y no saben cómo hacerlo”, ha explicado. Esto es posible porque, como ha mencionado, el paciente no tiene los medicamentos en casa por lo que el riesgo de duplicar dosis o que se les olvide alguna pastilla en las tomas desaparece radicalmente. “En las farmacias se prepara la medicación y se le entrega al paciente, quien está totalmente informado de la pauta o la descripción de cada medicamento que toma. Si el médico introduce cambios en la receta se aplican directamente en el blíster”, ha apuntado. 

A su vez, Villafranca ha destacado que con motivo de la recogida del envase con la medicación personalizada se permite hacer un seguimiento a los pacientes. “El paciente tiene que ir a la farmacia una vez a la semana para recoger la medicación, tenemos un contacto directo con ellos”, ha añadido. En este sentido, pueden detectarse anomalías que de preparar la medicación en casa pasarían desapercibidas, por ejemplo, como ella misma ha señalado, que se han saltado alguna toma. En caso de que así sea, este sistema permite un “contacto directo” entre profesionales y se podría actuar y avisar a las familias de lo sucedido. 

Un servicio asistencial y social 

Más allá de dar a los pueblos un servicio asistencial, Villafranca no ha querido dejar de recordar que también son claves a nivel “social”. Ejemplo de ello es el compromiso que guardan con el medioambiente por la recogida de medicamentos que ya no sirven o con la salud mental porque en ocasiones los farmacéuticos están detectando la soledad no deseada. “También solucionamos algunos problemas que evitan que ese paciente vaya al médico y ocupe una consulta o les ayudamos a pedir citas. Somos una parte fundamental de cada pueblo”, ha confesado la presidenta del COFTe. 

También, Villafranca ha aprovechado la presentación de esta campaña para ayudar a mantener a la población en sus municipios para hacer algunos reclamos. Uno de ellos es que “las farmacias puedan llevar medicamentos a las casas”. “Hay personas mayores, una población envejecida que está en su casa y no puede ir a la farmacia. Queremos que la dispensación llegue a sus casas con todo lo necesario para que sea totalmente seguro y para eso hay que regularlo por ley”, ha explicado. Otra de las peticiones ha pasado por la “dispensación colaborativa de medicamentos hospitalarios” para evitar que los vecinos del medio rural tengan que recorrer numerosos kilómetros para recoger un medicamento en el hospital más próximo. 

Por tanto, como informa el estudio del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, las farmacias rurales son una infraestructura y herramienta fundamental para el reto demográfico al contribuir a la cohesión social y territorial de la España despoblada. Desde el COFTe trabajan para que esto se haga realidad en la provincia de Teruel porque como Villafranca ha resaltado: “La farmacia rural es un elemento vertebrador del territorio, que fija población y da empleo y es que no por estar en un pueblo se da un servicio de menor calidad”. 

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